Saber despedir, acoger, permanecer, soñar, asentar, sostener sueños

Saber despedir, acoger, permanecer, soñar, asentar, sostener sueños

  • On 29 de junio de 2022

OMPRESS-MARRUECOS (29-06-22) En Oujda, una ciudad marroquí del noreste del país, cerca de la frontera con Argelia, trabajan, en una labor compartida de apoyo a la mujer en situación de vulnerabilidad, religiosas del Sagrado Corazón de Jesús y religiosas de Jesús-María. Rosa Ros, rjm, y Montse Prats, rscj, comparten su testimonio de este último año ante la fiesta del Sagrado Corazón, a quien, dicen, “seguimos pidiendo sus sentimientos” al tratar a tantas personas.

“Finalizamos el curso pasado con el cansancio extremo derivado del Covid. Lo iniciamos con fuerzas renovadas acogiendo despedidas en la comunidad, en la parroquia, en el proyecto… y la llegada de personas que renuevan nuestra tarea. Todo esto ha conllevado y conlleva cambios en la organización del proyecto, movimientos en el equipo, acogida de estilos diferentes; y en nosotras el ejercicio de agradecer lo vivido y acoger lo nuevo, intentando cada día hacer equipo y caminar como Iglesia.

Tiempo de apacentar, remodelar, ensayar, tiempo ‘hilar fino’ sobre cómo y desde dónde queremos estar, sobre cuál es nuestro don a aportar en este tiempo de transición; tiempo de acoger lo diferente y de seguir haciendo vida la belleza evangélica del proyecto que descubrimos con Antoine, el párroco anterior.

En marzo de este año la diócesis de Rabat nos ofreció una casa para vivir y desarrollar el proyecto de mujeres. Aunque no es el tipo de vivienda que nosotras hubiéramos elegido, lo cierto es que es un espacio ideal para poder ofrecer una acogida a mujeres en situación de dificultad. ¡Tercera casa en cinco años!, una nueva mudanza… Una mudanza que supone, como congregaciones, un compromiso mayor con esta tierra, con las mujeres y la infancia migrante en esta ciudad.

Dar Kum es el nombre que le hemos puesto a la casa de acogida. ‘Dar’ en dariya significa casa; Kum hace referencia al texto evangélico talita kum (niña, levántate), y en dariya la misma palabra significa vuestra. Vuestra casa, la casa de ponerse en pie. Ojalá que nuestro abrir puertas sea eso: un espacio para la acogida de mujeres y niños en diferentes actividades; un lugar seguro, donde cada una pueda ser ella misma, donde se pueda crecer, un lugar de oportunidades…

Hicimos las obras oportunas y el traslado urgidas por la realidad: Bamba, una chica de Costa de Marfil llamaba a la puerta para empezar a compartir vida con nosotras e iniciar su tratamiento oncológico. Y desde hace una semana ya somos cuatro, bueno, algo más de cuatro, pues Christiane viene a casa para cuidar su último tiempo de embarazo. Enfermedad y vida se entrelazan en Dar Kum, esperanza y vulnerabilidad.

La mudanza no ha sido solo exterior, sino también y sobre todo, interior. La acogida está suponiendo reajustes, hospitales, cambios de horarios, de hábitos, salir de nuestras rutinas y de mucha presencia. Tiempo de abrirnos a la acogida y a la novedad, tiempo de ensanchar y compartir vida

Y con la casa nueva, llegan sin duda nuevos proyectos y nuevos sueños que caldean nuestro corazón y nos movilizan. A veces se agolpan todos a la vez y es difícil saber priorizar y medir las fuerzas. Con ilusión Dar Kum (el espacio de acogida para mujeres en situación de dificultad) está ya funcionando. En la misma casa hemos creado una sala para ofrecer un espacio educativo para los niños entre dos y cinco años que no pueden acceder todavía a la escuela pública y que están todo el día en la calle (con lluvia, calor, frío…) con sus madres ejerciendo la mendicidad.

A lo largo de este curso, junto con Fatiha, hemos ofrecido cursos de costura a mujeres subsaharianas. Algunas de ellas han empezado a elaborar sencillas cosas de artesanía textil que ojalá puedan empezar a vender y ganar algún dinero. Sería la ocasión para dejar de pedir en la calle. Y seguimos acompañando a los menores y jóvenes que están acogidos en la Iglesia de Oujda, aquellos que desean aprender y formarse. Este año dos chicos se han formado en mecánica y dos han aprendido el oficio de impresión y copistería. Varios jóvenes han aprendido a leer y a escribir y muchos han mejorado su nivel de francés.

Durante este año hemos podido acompañar a varios jóvenes en esta difícil decisión de retornar al país de origen sin el sueño esperado. Acompañarles en la frustración, sin haber visto “el paraíso”…. El acompañamiento de menores jóvenes, aunque no es un nuevo proyecto, sigue siendo un reto y una llamada.

Pareciera que cuánto más tiempo pasamos en esta tierra y en medio de esta realidad, más se nos recuerda que no sabemos nada, que seguimos siendo novatas en esta cultura que nos acoge. Los modos y los tiempos, la lengua, la cultura, las lógicas, los planteamientos…. Cuánto tenemos que aprender, cuánta humildad y paciencia nos faltan todavía…. La realidad de la migración, de vez en cuando y en acontecimientos concretos, nos recuerda que pisamos un terreno oscuro, desconocido, incierto. Intuimos injusticias y dolores que van más allá de lo que nos expresan. En este tiempo hemos sido más conscientes de que el tráfico de menores, la trata, las mafias y las extorsiones, acompañan la realidad de la gente con la que vivimos.

Aprendiendo a caminar desde la incertidumbre, desde el desconocimiento. Llamadas a hacer silencio, tiempo de mirar más allá de lo primero que vemos o sentimos, a no juzgar, a acompañar desde el no saber. A estar.

¡Cuánto se valora lo que antes parecía obvio y una pandemia nos arrebató! La apertura de fronteras y la oferta de vuelos directos desde Oujda a Barcelona están facilitando nuestros viajes. Las dos Congregaciones han reabierto sus programas de voluntariado y nosotras hemos lanzado nuestra oferta, deseosas de compartir vida y misión con otros y otras. Este verano cuatro jóvenes vendrán durante diez días a compartir experiencias con los chicos de aquí. Será un primer paso para posibles futuros encuentros.

Tiempo de estar cercana en la lejanía, tiempo de abrir a las hermanas nuestra casa vuestra casa, tiempo de ensanchar la tienda, tiempo de esperanza. A las puertas de la fiesta del Sagrado Corazón, gran fiesta para las religiosas del Sagrado Corazón y fiesta importante también para las religiosas de Jesús-María, seguimos pidiendo sus sentimientos. Que Él nos vaya mostrando cómo saber despedir, acoger, permanecer, soñar, asentar, sostener sueños, caminar entre incertidumbres. Y todo ello a Su modo”.

 

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