Gratitud en Florida a los sacerdotes misioneros españoles de la OCSHA

Gratitud en Florida a los sacerdotes misioneros españoles de la OCSHA

  • On 18 de noviembre de 2021

OMPRESS-ESTADOS UNIDOS (18-11-21) El Seminario Regional San Vicente de Paúl en Boynton Beach, Florida, ha querido honrar la labor de los sacerdotes de la OCSHA, la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana, por la labor que desde los años sesenta llevaron a cabo, sobre todo entre los inmigrantes llegados de México y Cuba. Este seminario regional cuenta con 123 seminaristas, de las siete diócesis de Florida y de algunas del estado vecino de Georgia. Cada año el seminario entrega un reconocimiento a personas que han dado testimonio de los valores del Evangelio a través de su vida y de su servicio al Pueblo de Dios.

Los obispos de Florida, que constituyen el patronato del seminario, han entregado el Premio San Vicente de Paúl a los sacerdotes de la OCSHA y a las Hermanas de San José de San Agustín, en la diócesis del mismo nombre, San Agustín.

“Los sacerdotes de la Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA)”, explicaban los obispos de Florida, son un grupo de sacerdotes españoles que llegaron a servir como misioneros en América Latina y Estados Unidos a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado. Aquí en Florida estamos muy agradecidos por su dedicado trabajo. Cuando la mayoría de los sacerdotes en Florida no tenían las habilidades para servir a los nuevos inmigrantes, en aquella época sobre todo de México y Cuba, los sacerdotes de la OCSHA servían con convicción”. Y añadían que muchos fieles católicos de Florida tuvieron como párrocos y pastores a estos sacerdotes, que empezaron a llegar hace más de 60 años, y fueron un ejemplo de entrega.

El mismo rector de este Seminario Regional San Vicente de Paúl recuerda que sus abuelos fueron catequistas en el pueblo de Belle Glade, con uno de aquellos sacerdotes, Mons. José Luis Hernando, hoy muy mayor, pero muy querido por todos los que le conocen.

La OCSHA nació en 1949, como un cauce para que aquellos sacerdotes diocesanos que recibían el don de la vocación misionera pudieran responder a la misma, pero manteniendo su vínculo con sus diócesis de origen. Se creó así una verdadera corriente de cooperación entre las Iglesias de América y España que continúa en la actualidad, con las decenas de sacerdotes misioneros de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana, que siguen presentes en tantos países de América Latina.

 

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