En el Día del Misionero Salmantino, homenaje al misionero Fernando Hernández

En el Día del Misionero Salmantino, homenaje al misionero Fernando Hernández

  • On 27 de junio de 2022

OMPRESS-SALAMANCA (27-06-22) Natural de la localidad de Ledesma, este misionero salesiano fue asesinado en Burkina Faso el 17 de mayo de 2019. Será el protagonista del Día del Misionero Diocesano que se celebrará en su localidad natal el próximo 2 de julio, tras dos años sin poder celebrarse por la pandemia. La celebración será conjunta por parte de la diócesis de Ciudad Rodrigo y la de Salamanca.

El delegado de misiones y director diocesano de Obras Misionales Pontificias de Salamanca, José Miguel González, invita “a los misioneros y misioneras, familiares y amigos y todos los que deseen participar en esta jornada festiva, que dará comienzo en la parroquia de Ledesma con la celebración de una Eucaristía, a las doce del mediodía. Seguidamente, está prevista una conferencia a cargo del padre Ángel Astorgano Ruiz, director de la casa de salesianos de María Auxiliadora de Salamanca, “que recordará la figura de Fernando Hernández, y se escucharán los testimonios de otros misioneros y misioneras de América, África, e incluso de Asia, que están en estos días entre nosotros”, como indica González. Tras la comida, en un restaurante de la localidad, los asistentes concluirán la jornada con paseo turístico por la ciudad de Ledesma.

Para facilitar la participación, el Servicio diocesano de Misiones ha dispuesto un autobús, que partirá a las 10:00h, desde la parada de autobús de la plaza de Gabriel y Galán, en la avenida de Mirat. El regreso hacia Salamanca será en torno a las 17:00h. Los interesados en participar pueden inscribirse, hasta el 29 de junio, en la sede del Servicio diocesano de Misiones (c/ Zamora, 50, 1º C) o en el teléfono 923 21 49 15. El precio de la comida y el traslado en autobús, es de 28 euros.

Fernando Hernández cursó estudios de Formación Profesional en Urnieta, Guipúzcoa, donde su familia emigró cuando él era joven. Después, respondiendo a la vocación salesiana, realizó estudios de Filosofía y Teología, ordenándose sacerdote en Santander y fue destinado como misionero a Benín. Su vida estuvo ligada al desarrollo de las diferentes obras de la Inspectoría Salesiana de África Occidental Francófona (AFO), en las que trabajó por el impulso de la Formación Profesional. Este misionero había expresado en numerosas ocasiones su deseo de permanecer en África, incluso después de muerto. Por eso, su funeral y sepelio tuvieron lugar allí.

 

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