El Papa en el Congo: “Vuestras lágrimas son mis lágrimas, vuestro dolor es mi dolor”

El Papa en el Congo: “Vuestras lágrimas son mis lágrimas, vuestro dolor es mi dolor”

  • On 2 de febrero de 2023

OMPRESS-REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (2-02-23) “¡Avanzad, con valentía! ¡Nunca os desaniméis!”, con estas palabras ha concluido el encuentro del Papa Francisco con los jóvenes y los catequistas, esta misma mañana en el Estadio de los Mártires de Kinshasa. “Cuando estés triste, estés desanimado, toma el Evangelio y mira a Jesús: él te dará fuerzas”, ha añadido de manera espontánea. Ha escuchado sus testimonios y ha dedicado parte de su intervención al cáncer de la corrupción, una lacra tan difícil de vencer, no solo en el Congo: “Si alguien te entrega un sobre, te prometerá favores y riquezas, no caigas en la trampa, no te dejes engañar, no te dejes tragar por el pantano del mal. No te dejes vencer por el mal, vence el mal con el bien”. El primer acto público de este tercer día del Papa en la República Democrática del Congo, concluía tras el canto final, que se hacía eco del baile con el que había iniciado.

Ayer, en el conmovedor encuentro con las víctimas del este del país, les decía: “Gracias por la valentía de estos testimonios. Ante la violencia inhumana que han visto con sus ojos y experimentado en su propia carne, nos quedamos impresionados. Sólo cabe llorar, permaneciendo en silencio. Bunia, Beni-Butembo, Goma, Masisi, Rutshuru, Bukavu, Uvira, lugares que los medios de comunicación internacionales no mencionan casi nunca; aquí y en otros sitios, muchos de nuestros hermanos y hermanas, hijos de la misma humanidad, son tomados como rehenes por la arbitrariedad del más fuerte, por el que posee las armas más potentes, armas que siguen circulando. Mi corazón está hoy en el oriente de este inmenso país, que no tendrá paz hasta que la paz no haya llegado allí, a la zona oriental”. Y les decía: “Vuestras lágrimas son mis lágrimas, vuestro dolor es mi dolor”. Y clamó con un no a la violencia, un no a la resignación, y un sí a la paz, y un sí a la esperanza, que “Jesús, Dios de la esperanza que cree en ustedes, en su país y en su futuro, bendiga a todos ustedes y los consuele; que derrame la paz en sus corazones, en sus familias y en toda la República Democrática del Congo”.

El último acto de la tarde de ayer, en la Nunciatura de Kinshasa, fue el encuentro con representantes de algunas obras caritativas. Alabó el Papa Francisco que no le refirieran problemas sociales ni enumeraran datos sobre pobreza, sino hablaran “de los pobres con cariño”, de personas que ya son para ellos familiares, “con nombres y rostros. Gracias por esta mirada que sabe reconocer a Jesús en sus hermanos más pequeños. Hay que buscar y amar al Señor en los pobres”. En un diálogo con muchos de los presentes, se dirigió a ellos como “hermanos y hermanas que aman este país y se dedican a su gente”. “Dan ganas de llorar al escuchar historias como las que me han contado, sobre personas que sufren por la indiferencia generalizada que las entregó a una vida errante, que las llevó a vivir en las calles, exponiéndose al riesgo de violencia física y de abusos sexuales, y también a ser acusadas de brujería, cuando sólo necesitan amor y cuidados”. Y concluía: “muchas gracias porque me han conmovido el corazón. Ustedes valen mucho”.

Esta tarde tendrá lugar el encuentro de oración con los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas en la Catedral de Nuestra Señora del Congo, para después reunirse, en un encuentro privado, con los miembros de la Compañía de Jesús en la nunciatura. Mañana visitará la sede la Conferencia Episcopal del Congo y, tras la ceremonia de despedida, partirá desde Kinshasa con destino a Juba, en Sudán del Sur.

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