Descansad en paz, y velad por nosotros

Descansad en paz, y velad por nosotros

  • On 6 de marzo de 2024

OMPRESS-NÍGER (6-03-24) El misionero Rafael Marco, de la Sociedad de Misiones Africanas, vuelve a compartir las noticias de su misión en Níger, y recuerda los fallecimientos de tres grandes personas los misioneros Ramón Bernad Buerba y Francisco Bautista Rodríguez, y de la señora Hasia, volcada en el cuidado de los niños invidentes.

“Queridos amigos y familiares, Ramón, Paco y Hasia, descansad en paz. La muerte nos aturde y descoloca cuando se presenta por sorpresa, pero también nos invita a recordar y hacer un trazado de todo un recorrido y sentido. Estos días hemos sufrido la muerte de Ramón, de Paco y más de cerca, en Níger, de Hasia. De Ramón me viene a la mente el día en que juntos iniciamos nuestra aventura misionera en 1962, en Zaragoza. El padre Remiro, misionero en Egipto, celebró la Misa en El Pilar, bien temprano, acompañado por Margarita, la hermana de Ramón, mi madre y nosotros dos. Del Pilar nos fuimos a la estación del Norte que nos llevaría a Francia donde íbamos a hacer los estudios antes de ir a África. Todavía recuerdo las imágenes de Margarita y mi madre que se difuminaban a medida que el tren se alejaba. Juntos estudiamos durante varios años y juntos fuimos a África, él a Costa de Marfil y yo a Benín durante más de cincuenta años.

De Paco recuerdo cuando le conocí en el seminario de Granada en mis recorridos de animador misionero por las diócesis de España. Por casualidad, porque el rector me dijo que los seminaristas no estaban disponibles pero que el curso preparatorio de Pepe, Paco…y alguno más podrían…; tuve un encuentro con ellos y les hablé de África. Pero sobre todo lo recuerdo en la parroquia de Banikanni, un barrio muy extenso de Parakou donde había que hacer de todo: construir la iglesia, organizar las comunidades de base, formar a los catequistas y estructurar la catequesis trabajando con las hermanas dominicas y argentinas en una actividad desbordante. Paco se disfrazaba de profeta, de san Juan Bautista o de Pedro para amenizar sus clases que seguían los catequistas con fruición, como también le añoraban y esperaban impacientes los enfermos del hospital o en sus casas a los que llevaba la comunión y departía con ellos sosegadamente.

De Hasia me llamó la atención su dedicación a los niños invidentes en cuanto nos fuimos decidiendo y organizando para trabajar por ellos dada la situación de abandono y rechazo en los que las familias y la sociedad los confinaban; una verdadera madre para todos ellos con sus mil detalles y su ternura. Todos ellos, de diferentes maneras, han iluminado mi vida, han sido para mí una referencia, un apoyo y una alegría. Doy gracias a Dios por haberlos puesto en mi camino. Ahora, que velen por nosotros, que intercedan ante el Señor en todos los avatares de nuestra vida que ellos ya conocen cuando tengan tiempo libre”.

Rafael Marco envía también lo escrito por Eric, el responsable del Centro de Invidentes de Gaya, sobre la señora Hasia. Era una mamá para los 32 niños invidentes “a los que cuidaba con infinita ternura y por los que iba todos los martes al mercado y regresaba a casa cargada hasta los topes de toda clase de alimentos y detalles. La Sra. Hasia era maestra y además especialista en Braille. Una gran señora, atenta y servicial que inició este proyecto con nosotros el 2 de febrero de 2021 con total dedicación, feliz y orgullosa de hacerlo. Se merecía el respeto de todos y especialmente el mío porque sabía tranquilizarme cuando me ponía nervioso y si surgía alguna discusión entre nosotros sabía calmar nuestros espíritus con mucho humor y tacto. Era el alma del grupo. Nuestro último encuentro con ella fue el 17 de febrero de 2024 en Gaya, en presencia de Dieudonné y Franck, los responsables del proyecto de Dosso. Su última conversación la tuvimos el miércoles 21 de febrero pasado, cuatro días antes de morir. No se la veía enferma y su muerte nos ha sorprendido a todos con mucho dolor porque la vamos a echar en falta todos, pero especialmente los niños. Ahora solo nos queda orar por el descanso eterno de su alma”.

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