CIMI, 50 años de compromiso con los indígenas brasileños

CIMI, 50 años de compromiso con los indígenas brasileños

  • On 21 de noviembre de 2022

OMPRESS-BRASIL (21-11-22) En Consejo Indigenista Misionero, el CIMI, ha celebrado un Congreso con motivo de los 50 años de este organismo vinculado a la Conferencia Episcopal Brasileño, con el lema “memoria y compromiso dando esperanza a la causa indígena”.

Participaron más de 300 personas, entre misioneros, aliados de la causa indígena y representantes de hasta 20 pueblos indígenas, en este encuentro que tuvo lugar del 8 al 10 de noviembre y que concluía con un manifiesto que encarna la labor de acompañamiento y defensa de esta realidad. Creado en 1972, en plena dictadura militar, el CIMI buscó desde el primer momento la articulación entre aldeas y pueblos, promoviendo las grandes asambleas indígenas, en los que se marcaron las primeras directrices para lograr garantizar el derecho a la diversidad cultural.

Su objetivo, expresado desde su origen, era dar testimonio y anunciar proféticamente la Buena Nueva del Reino, al servicio de los proyectos de vida de los pueblos indígenas, denunciando estructuras de dominación, violencia e injusticia, practicando el diálogo intercultural, interreligioso y ecuménico, apoyando las alianzas de estos pueblos entre sí y con los sectores populares para la construcción de un mundo para todos, igualitario, democrático, pluricultural y en armonía con la naturaleza, en camino al Reino definitivo.

El encuentro tuvo lugar en Centro de Formación Vicente Cañas – el misionero jesuita de Albacete que se volcó en la causa indígena hasta su asesinato en 1987 – en la localidad de Luziânia. Se estructuró sobre cuatro ejes: mística, memoria, resistencia y esperanza.

“En estos 50 años”, decía el manifiesto final, “la lucha por la justicia y en defensa de la vida en plenitud ha orientado y sigue orientando el actuar del CIMI, que camina solidario con los pueblos y comunidades, con el objetivo de construir otra sociedad, inspirado en la visión real y utópica de las sociedades indígenas. En ellos prima la construcción de la persona sobre la producción de bienes, la participación sobre la competencia, la reciprocidad sobre la acumulación y el diálogo sobre la palabra autoritaria”.

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