Una vocación nacida del ejemplo de los misioneros

Una vocación nacida del ejemplo de los misioneros

  • On 15 de abril de 2024

OMPRESS-ZIMBABUE (15-04-24) La hermana Justina Banda, Misionera Hija del Calvario, nació en una aldea de la diócesis de Hwange, en Zimbabue, a unos 200 kilómetros de las famosas Cataratas Victoria. De su infancia recuerda la iglesia de la aldea y la presencia de los misioneros. Al ver cómo estaban cerca de la gente las religiosas y los sacerdotes, cómo acompañaban a las personas débiles, a los pobres, acudiendo a las casas, “surgió mi vocación”. Esa inquietud la llevó a hablar con las religiosas que le indicaron que hablara también con su familia. La negativa que recibió tenía que ver con la dote de su futuro matrimonio, pero fue su madre la que al final le permitió convertirse en religiosa.

“Nosotras somos Misioneras Hijas del Calvario”, explica Justina hablando de su congregación, “trabajamos con los más pobres, con los Calvarios del mundo, con los que están sufriendo. Nuestro carisma es este”. Así trabajan en las misiones que tienen encomendadas, con mujeres abandonadas y abusadas, que no tienen derechos, con sida, rechazadas. Las misioneras saben que hay personas que están rezando por ellas, que las sostienen con su oración, que las apoyan de muchas maneras. Hay muchas personas que piensan en nuestra labor, muchas personas que forman parte de esta familia que es la Iglesia, dice: “Todos somos una Iglesia universal de diferentes culturas, pero quien nos une es Jesús. Solidaridad en oración y cariño”.

El vídeo de su testimonio aquí.

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