Una pequeña JMJ en Níger
- On 14 de diciembre de 2022
OMPRESS-NÍGER (14-12-22) A mediados de noviembre, cuenta el misionero Rafael Marco, se organizaron en la diócesis de Niamey unas jornadas de juventud con presencia de jóvenes de todas las parroquias. “Una revolución en un país tan pobre y donde los cristianos somos una insignificante minoría”.
“Bueno, insignificante… en los momentos de hambrunas, epidemias, inundaciones, tan recurrentes en este país, y proyectos de desarrollo, la Iglesia ha sido siempre una verdadera campeona, muy respetada por todo el país hasta estos nuevos tiempos de yihadismo e inseguridad”, explica este misionero de la Sociedad de Misiones Africanas. “Ahora se trataba de expresar nuestras convicciones y presencia con la alegría, desenvoltura y determinación de la juventud con el fin de construir una sociedad distendida, confiada y con perspectivas de futuro, en paz”. De su misión en Dosso acudieron 16 jóvenes, a los que, tras un encuentro en la iglesia, les dio la bendición “encomendándolos a San Rafael, guía de Tobías, para todo el viaje. Y de allí se fueron entre cantos y algazara a tomar el autobús”. Rafael comparte el testimonio de dos de ellos, Epifanio e Hipólito que se nota que han “palpado el pulso y el latir del corazón de una Iglesia”.
Este es el testimonio de Epiphanius S. Boko: “Joven, trabaja por la paz, como María. Este es el tema que los jóvenes de la diócesis de Niamey tratamos el fin de semana del 18 al 20 de noviembre de 2022 en la capital. Nos reunimos de toda la diócesis varios centenares de jóvenes respondiendo a la llamada del Papa Francisco. Allí estábamos los de la parroquia de Saint Charles Lwanga de Dosso, una delegación de dieciséis jóvenes animosos y felices. Tres aspectos me llamaron la atención: en primer lugar, el encuentro como tal entre jóvenes de diversos lugares con sus experiencias de fe dentro de un país de mayoría musulmana aplastante donde ser cristiano no es nada fácil. Luego, a partir del mensaje del Papa Francisco en las JMJ 2022, se habló de nuestra responsabilidad de promover la paz, la unidad y la armonía en nuestra sociedad. Como María visitando a su prima Isabel, el joven debe estar siempre en movimiento hacia los demás para trabajar por la paz. Finalmente, el envío a misión por parte de monseñor Laurent Lompo: tenemos la responsabilidad de revitalizar la juventud de nuestras parroquias a través de nuestro compromiso cristiano y nuestro testimonio. Con la alegría de sentirnos formar parte de una Iglesia amplia y abierta regresamos a Dosso sin parar de hablar de todo lo vivido y de cantar. Nos volveremos a ver al año que viene”.
Y este el de Hippolyte; “Al salir de Dosso íbamos dispuestos a todas las posibles aventuras con el ánimo a tope, pero al llegar a Niamey nos quedamos atónitos al contemplar la cantidad de hermanos cristianos como nosotros que nos esperaban; no nos lo podíamos imaginar, por lo menos yo, acostumbrado al grupo limitado de jóvenes de nuestra comunidad. Increíble, y mi corazón estallaba de alegría. Éramos una multitud, no estábamos solos. Fue un descubrimiento para mí, para otros un reencuentro, pero enseguida empezamos a crear lazos de amistad entre unos y otros hasta formar una armonía feliz después de presentar con nuestros cantos y testimonios nuestras respectivas comunidades.
Sábado 19 de noviembre. Ya la víspera nos habíamos repartido por las diversas parroquias de la ciudad de Niamey. A Edvige, Armelle y a mí nos tocó en la parroquia de San Pablo de Harobanda donde nos acogieron en varias habitaciones que compartimos con los compañeros de Gaya, Makalondi y Tera. No dormimos mucho, os podéis imaginar. Teníamos muchas cosas de que hablar y compartir y a la mañana siguiente empezamos enseguida, después del desayuno un montón de actividades y encuentros que nos llenaron el día. A mí, lo que más me interesó fue la reflexión que tuvimos sobre la fe, pero sobre todo el tiempo de adoración que tuvimos ante el Santísimo. Estaba emocionado, con lágrimas en los ojos.
Domingo 20 de noviembre. Y llegó el domingo, después del inolvidable sábado que me marcó profundamente, con la Misa solemne que presidió nuestro arzobispo Mons. Laurent Lompo en la que nos concretó el mensaje de las jornadas animándonos a comprometernos por nuestra fe, con alegría, confianza y responsabilidad en nuestras parroquias. Desayunamos con buen apetito y enseguida empezaron las despedidas entre abrazos y promesas de reencuentros en la paz y alegría de Jesús porque esto habrá que continuarlo de alguna manera. Volveremos a vernos y esa esperanza nos reconforta”.