Una misionera querida y entrañable: Blanca del Caño Vázquez

Una misionera querida y entrañable: Blanca del Caño Vázquez

  • On 4 de julio de 2018

OMPRESS-ORENSE (4-07-18) Ayer martes, 3 de julio, fallecía la misionera Blanca del Caño Vázquez. Franciscana Misionera de María, natural de Ourense, nació en una familia numerosa profundamente cristiana, que tuvo varias vocaciones religiosas. Fue misionera en Brasil desde el año 1958. Allí pasó 50 años haciendo el bien, siempre al lado de los pobres, con una alegría por llevar el Evangelio que contagiaba.

“Sus visitas a esta Delegación siempre nos llenaba de entusiasmo y de ilusión por seguir apasionados en esta tarea de la animación misionera”, cuentan desde la delegación de misiones de Orense donde era muy querida. “Damos gracias a Dios por su vida y nos unimos en oración con su comunidad y familia para que el Señor la tenga ya disfrutando de su presencia”.

En 2013 escribió una carta cuando volvió de la misión, que refleja el espíritu de entrega de esta misionera verdaderamente entrañable:

“¿Y ahora qué? Pasados 50 años vividos en comunidad fraterna y en medio de los pobres, el Señor vuelve a inyectarme un soplo de vida y de ánimo para seguir trabajando en su mies de diferente manera, cuando me siento con muchas limitaciones. Vuelvo a España y mi destino es Pamplona, donde tenemos una casa que acoge a 70 hermanas que, con la misma ilusión que yo, han gastado su vida trabajando en la mies del Señor, en más de 30 países del mundo y en los cinco continentes, afrontando luchas, privaciones y muchos sacrificios.

Por motivos de salud, edad y achaques, ellas están aquí en el remanso de la vida, como yo, donde son atendidas en todo lo que necesitan de cuidado personal, sanitario y acompañamiento muy personal a cada una. Me siento muy feliz y gozosa en poder atenderlas también, en la medida de mis posibilidades, pues veo en cada una, una nueva oportunidad de seguir diciendo que sí al Señor. Todo esto es ayudar en la hora de la comida, prestar algún servicio a quien lo necesita, infundir ánimo, mirarlas con alegría y decirles siempre una palabra de optimismo y de esperanza”.

 

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