Talitha Kum: la historia de Jenny
- On 15 de septiembre de 2022
OMPRESS-ROMA (15-09-22) Al frente de Talitha Kum, la red de religiosas y consagradas contra la trata de personas en todo el mundo, estará Abby Avelino, de las Hermanas Maryknoll de Santo Domingo. Misionera en Japón e involucrada ya en la lucha contra la trata de seres humanos, buscará que no se repitan historias como la de Jenny, una chica de Zimbabue.
Desde el 1 de septiembre, la hermana Abby, nacida en Filipinas pero que ha crecido en Estados Unidos, sustituye a la Hna. Gabriella Bottani, SMC, que ha dirigido Talitha Kum desde 2014 y ha contribuido a su crecimiento. Como misionera, fue asignada a Tokio, Japón, donde vivió durante 16 años. En 2016, comenzó a involucrarse con Talitha Kum Japón, centrándose en el acompañamiento pastoral de los trabajadores migrantes, en particular de las mujeres de Filipinas, víctimas y supervivientes de la trata de personas. “Venir a Roma”, explica la religiosa, “es una nueva misión para mí. Es otra fase de mi vida misionera, permitiendo que el plan de Dios para mí abrace los cambios, que me desarraigue de nuevo a una nueva cultura, y que aprenda otro idioma mientras respondo a esta nueva misión”. Considera que “escuchar el corazón” resulta vital para ayudar a las personas en riesgo de ser traficadas y explotadas, particularmente mujeres y jóvenes. Es la historia de Jenny que hacía pública la red Talitha Kum:
“Me llamo Jenny y esta es mi historia. Un día, mientras visitaba la casa de una tía en Zimbabue, oí hablar de un hombre que contrataba mujeres para trabajar en Kuwait, un país árabe del Golfo Pérsico. La paga iba a ser de 700 dólares al mes, así que decidí irme con otras quince jóvenes. Cuando llegamos, después de muchos días de viaje, unas personas nos quitaron la documentación y nos explicaron que sólo nos darían 230 dólares por trabajar como criadas. Recuerdo muy bien esta época en la que nos trataban como bestias; comíamos la mayor parte del tiempo de pie. Después de un tiempo de duro trabajo, mis torturadores me dijeron que solo recibiría mi salario después de dos años. Les rogué, pero no me escucharon. Pronto caí enferma y me llevaron al hospital. Por suerte, había otras mujeres zimbabuenses allí y planeamos escapar. Llegamos a la embajada de nuestro país, nos ayudaron con nuestros documentos y regresamos a Zimbabue. No fue fácil volver a casa sin trabajo y sin dinero, y con todo el sufrimiento de la explotación sobre nuestros hombros. Sin embargo, no estábamos solos. Para mí fue un gran regalo contar con personas que me ayudaron a seguir adelante. Unos meses después de mi llegada, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se puso en contacto conmigo y me dio la oportunidad de formarme y poner en marcha un proyecto de pastelería. También conocí a las hermanas de Talitha Kum. Las hermanas me ayudaron a encontrar más fondos para comprar una cocina de gas para mi tienda, y me acompañaron dándome lo más importante: recibí acompañamiento psicológico y espiritual mientras recuperaba la confianza en mí misma. Hoy intento ayudar a otras mujeres dándoles consejos y solidaridad”.
Talitha Kum, el “niña, levántate” de Jesús a la hija de Jairo, es la red de religiosas que lucha contra la trata de personas, esta lacra de nuestro tiempo. Nació por iniciativa de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) y en los últimos años ha dedicado silenciosamente sus esfuerzos a prevenir, rescatar, fomentar y rehabilitar a los supervivientes de la trata de personas, promoviendo la colaboración y el intercambio de información entre mujeres y hombres consagrados en 70 países del mundo para erradicar el flagelo de la esclavitud en todas sus formas.