Ofreced a la Iglesia vuestro entusiasmo misionero y vuestra vida
- On 4 de octubre de 2022
OMPRESS-ROMA (4-10-22) Es lo que pedía ayer el Papa Francisco a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, reunidos en Roma para su Capítulo General, una familia religiosa, cuyos misioneros han estado siempre a la vanguardia de la misión ad gentes, desde su fundación. El Papa bromeaba al inicio de su intervención por el nombramiento del nuevo superior general, el madrileño Luis Ignacio Rois Alonso, O.M.I. “¡Pobre hombre, sacado del desierto y traído aquí a Roma!”, decía haciendo referencia a que hasta ahora servía en la Misión del Sahara Occidental.
Para este Capítulo los oblatos eligieron como lema “Peregrinos de la esperanza en la comunión”. El Papa Francisco les señalaba que esta frase “resume vuestra identidad en los caminos del mundo, a los que, como discípulos de Jesús y seguidores de vuestro fundador san Eugenio de Mazenod, estáis llamados a llevar el Evangelio de la esperanza, la alegría y la paz”. Por eso, “habéis elegido ser peregrinos, para redescubrir y vivir vuestra condición de caminantes en este mundo, junto a los hombres y mujeres, los pobres y los más pequeños de la tierra, a quienes el Señor os envía para anunciar su Reino”.
“Peregrinos y caminantes, siempre dispuestos a partir, como Jesús con sus discípulos en el Evangelio”, continuaba el Papa, que recordaba que los oblatos son una congregación misionera, presente en 70 países del mundo al servicio de la Iglesia: “A esta Iglesia, a la que el Fundador os enseñó a amar como una madre, ofreced vuestro entusiasmo misionero y vuestra vida, participando de su éxodo hacia las periferias del mundo amado por Dios, y viviendo un carisma que os lleve a lo más lejano, a los más pobres, a aquellos a quienes nadie alcanza”. Le animó que el carisma que les transmitió su fundador, así como “su visión misionera” sigan siendo puntos de referencia para su vida y su labor misionera: “En el inmenso campo de misión que es el mundo entero, Jesús sea siempre vuestro modelo, como lo fue para san Eugenio. Ante el Salvador crucificado, decidió un día ofrecer su vida para que todos, especialmente los pobres, pudieran experimentar el mismo amor de Dios que lo había devuelto al camino de la fe”. Como Oblatos de María Inmaculada, les animó a que ella sea “compañera de camino”, que “os acompañe siempre en vuestra peregrinación. María peregrina, María en camino, María que se levantó con prisa para ir a servir”.