“Misioneros por el mundo” estrena temporada con los “rarámuri” de Chihuahua
- On 23 de septiembre de 2024
OMPRESS-MÉXICO (23-09-24) Obras Misionales Pontificias y TRECE Televisión se unen un año más en el programa “Misioneros por el mundo”, que estrena temporada el próximo viernes 27 de septiembre, a las 21,30 horas. El objetivo de este proyecto común es dar a conocer la vida misionera de la Iglesia a través del trabajo de los misioneros. Durante esta temporada podremos verles cada viernes en México, Zimbabue, Indonesia y Tanzania.
El programa de estreno nos lleva al Estado de Chihuahua, en México; concretamente a la diócesis de Tarahumara, la única en el país que depende del Dicasterio para la Evangelización, y a la que Roma ayuda cada año con sus gastos ordinarios a través de las Obras Misionales Pontificias. En 2024 lo ha hecho con más de 18.000 euros.
La sierra de Tarahumara está habitada por diferentes grupos indígenas, entre ellos la principal etnia, los tarahumara ‒también llamados rarámuri‒, un pueblo al que el Evangelio ha llegado gracias a los misioneros y cuya cultura representa un gran desafío a la inculturación. Un desafío que ha aceptado el misionero mexicano Héctor Martínez, que lleva 30 años acompañando al pueblo tarahumara, ahora como vicario general de pastoral de la diócesis y párroco del pueblo de Sisoguichi, sede de la misión en la Tarahumara. Sisoguichi fue fundado por misioneros jesuitas españoles en 1676, y allí permanece el internado “Sagrado Corazón de Jesús”, que tiene 118 años, y en el que hay actualmente 130 niñas pobres procedentes de toda la Tarahumara.
Héctor dice que en la sierra “el cristianismo se raramurizó”, porque la comunidad de los rarámuri estuvo prácticamente un siglo sin acompañamiento pastoral después de la expulsión de los jesuitas en 1770. La sierra es una zona de pobreza y difícil acceso donde el pueblo ha acogido al misionero, al que ya no consideran “chabochi” (blanco o mestizo). Para este misionero, los rarámuri “son la buena noticia para nosotros”, y no podríamos vivir el cristianismo sin ellos.
Celestina es una anciana de este pueblo, la sacristana del templo y animadora de la comunidad. Los rarámuri mantienen gran parte de su cultura en las celebraciones, que son siempre en la noche y están fuertemente marcadas por la danza. El vicario afirma que los rarámuri experimentan a Jesús resucitado en la comunidad y acuden “a la fiesta” porque Dios les llama y les convoca.
Inicialmente, a Héctor le costó vivir su vocación misionera entre estos indígenas. Para aprender la lengua tarahumara tuvo que vivir solo, entre los rarámuri, unos seis meses, “lloraba, porque quería que me cambiaran”. Pero sintió la acogida del pueblo y descubrió que estaba llamado a entregar su vida y anunciar el Evangelio a esa gente. Entre otras cosas, él ha sido el coordinador de la traducción de Nuevo Testamento a la lengua de los rarámuri.
Su testimonio completo el próximo viernes en TRECE, en “Misioneros por el mundo”.
“Misioneros por el mundo” se puede ver también en el canal de Youtube OMP en los medios.