OMPRESS-BRASIL (9-06-22) Se cumplen en este 2022 los 50 años del Encuentro de Santarém, de mayo de 1972, que marcó el rumbo de la misión en la región amazónica de las siguientes décadas, por este motivo en el mismo lugar de aquel encuentro del 6 al 9 de junio se ha desarrollado el IV Encuentro de la Amazonia Legal. El Papa Francisco ha querido hacerse presente con una carta a los participantes:

“Con el corazón lleno de alegría y esperanza, me dirijo a todos los participantes en el IV Encuentro de la Iglesia Católica en la Amazonia Legal, ya que es motivo de particular aliento para mí saber que soñamos juntos ‘comunidades cristianas capaces de entregarse y de encarnarse en la Amazonia, hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos’ (Querida Amazonia, n. 7). Al mismo tiempo, sabiendo que este encuentro conmemora el celebrado hace 50 años en el mismo lugar, con motivo de la intensa acción de gracias al Altísimo por los frutos de la acción del Divino Espíritu Santo en la Iglesia que está en la Amazonía – durante estas últimas cinco décadas – y por cuanto la misma inspira.

Aquel ‘encuentro de Santarém’ propuso líneas de evangelización que marcaron la acción misionera de las comunidades amazónicas y que contribuyeron a la formación de una sólida conciencia eclesial. Las intuiciones de aquel encuentro sirvieron también para iluminar las reflexiones de los padres sinodales, en el reciente Sínodo para la región Panamazonía, como recordé en la Exhortación Apostólica postsinodal Querida Amazonia, al calificarla como una de las ‘expresiones privilegiadas’ del caminar de la Iglesia con los pueblos de la Amazonía (cf. QA, n. 61). De hecho, en las conocidas ‘prioridades diferenciadas’, fruto del citado encuentro, se encuentran esbozados los sueños para la Amazonía que fueron reafirmados en el último Sínodo (cf. QA, n. 7).

Me alegro también por el compromiso de las Iglesias particulares de la Amazonia brasileña, a través de sus comunidades, en el llevar adelante las indicaciones de la última Asamblea sinodal, dando testimonio al mismo tiempo, a través de la ya arraigada y hermosa tradición de encuentros de las Iglesias locales, la experiencia de la sinodalidad – como expresión de comunión, participación y misión –a la que está llamada toda la Iglesia. Recuerdo con afecto y gratitud la intensa participación de quienes vinieron desde Brasil a Roma para las sesiones del Sínodo de 2019, trayendo vitalidad, fuerza y esperanza.

Sed valientes y audaces, abriéndoos con confianza a la acción de Dios que ha creado todo, se ha dado a sí mismo en Jesucristo (cf. QA, n. 41), y nos inspira por el Espíritu a anunciar el Evangelio con nuevo compromiso y a contemplar la belleza de lo creado, aún más exuberante en estas tierras amazónicas, donde se experimenta la presencia luminosa del Resucitado (cf. QA, n. 57).

Al poner estos votos a los pies de Nuestra Señora de Nazaré, Reina de la Amazonia – que nunca nos abandona en las horas oscuras (cf. QA, n. 111) – os envío de todo corazón, queridos hermanos y hermanas, la Bendición Apostólica, pidiéndoos también, por favor, que sigáis rezando por mí y por la misión que el Señor me ha encomendado”.