Mensaje del Papa al pueblo iraquí: “peregrino de esperanza a vuestra tierra bendita y herida”

Mensaje del Papa al pueblo iraquí: “peregrino de esperanza a vuestra tierra bendita y herida”

  • On 4 de marzo de 2021

OMPRESS-ROMA (4-03-21) El Papa Francisco ha enviado un vídeo mensaje al pueblo iraquí, antes de su viaje apostólico que comenzará mañana, día 5, y se prolongará hasta el próximo lunes, 8 de marzo. Les anima a hacer lo mismo que Abraham, a caminar “en la esperanza y nunca dejen de mirar a las estrellas”.

Este será el 33º Viaje Apostólico del Papa Francisco que quiere ir a Irak, dice en el vídeo mensaje, como “peregrino penitente”, para implorar “el perdón y la reconciliación del Señor tras años de guerra y terrorismo, pedir a Dios el consuelo de los corazones y la curación de las heridas”.

El Papa se dirige en primer lugar a los cristianos iraquíes, que han “dado testimonio de la fe en Jesús en medio de durísimas pruebas”, y dijo que se sentía “honrado de encontrarse con una Iglesia mártir: gracias por vuestro testimonio”. Los numerosos mártires que ha conocido, es su deseo, “nos ayuden a perseverar en la humilde fuerza del amor”. Y recuerda “las imágenes de las casas destruidas y las iglesias profanadas” que los iraquíes que huyeron de la furia del Isis aún tienen en sus ojos, y en sus corazones “las heridas de los afectos dejados atrás y los hogares abandonados”.

Por eso, dice el Papa, “quisiera llevarles la caricia afectuosa de toda la Iglesia, que está cerca de ustedes y del atormentado Oriente Medio y les animo a seguir adelante. A los terribles sufrimientos que han experimentado y que tanto me apenan, no permitamos que prevalezcan”.

Dirigiéndose a todo los iraquíes “que han sufrido mucho, pero no han caído”. A los cristianos, a los musulmanes, pero también a los yazidíes “que tanto han sufrido”, llamándolos a “todos hermanos”. Como “peregrino de la esperanza”, recuerda que “desde ustedes, en Nínive, resonó la profecía de Jonás, que evitó la destrucción y trajo una nueva esperanza, la esperanza de Dios. Dejémonos contagiar por esta esperanza, que nos anima a reconstruir y empezar de nuevo. Y en estos duros tiempos de pandemia, ayudémonos mutuamente a fortalecer la fraternidad, para construir juntos un futuro de paz. Juntos. Hermanos y hermanas de todas las tradiciones religiosas”.

 

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