OMPRESS-CAMBOYA (21-06-22) Fue durante los bombardeos de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, que afectó también a Camboya, cuando la Iglesia de Santa Teresa de Ávila de Kampong Koh se vio arrasada hasta sus cimientos. Hoy una de las Iglesias más antiguas de Camboya está volviendo a reconstruirse con la ayuda del Domund y el respaldo de las jóvenes familias de la parroquia.

La reconstrucción de esta iglesia es todo un signo en este año en que se celebra el cuarto centenario de la canonización de la Santa de Ávila, a la que está dedicada. Y también es un signo para los católicos camboyanos, a treinta años de la caída del gobierno marxista del país, que llevó a la apertura al mundo tras años de sufrimiento. Sufrimiento que llegó hasta lo indecible con el régimen comunista genocida de Pol Pot y los Jemeres Rojos (1975-1979). Antes de las matanzas en masa de esa época, casi 62.000 católicos vivían en Camboya. De los tiempos difíciles queda el testimonio de unos pocos cristianos valientes y mártires que mantuvieron encendida la luz de la fe. De hecho, hay varios mártires camboyanos asesinados en esta época en proceso de beatificación. Los misioneros regresaron, por fin, en la década de los noventa. Uno de ellos es el misionero jesuita español Enrique Figaredo, prefecto apostólico de Battambang. Con él trabaja desde 2009 el también misionero jesuita Mark Peter Lopez, filipino, que está al frente de la comunidad de la parroquia.

El padre Mark ha solicitado el apoyo de la Obra de la Propagación de la Fe para la reconstrucción de la parroquia. Este curso se le han enviado 50.000 dólares para este fin. Cuenta este misionero jesuita que la parroquia de Kampong Koh es una de las comunidades católicas originales más antiguas de Camboya. Se creó en 1917 y en 1970 contaba con casi un millar de católicos. Fue en la década de los sesenta cuando se construyó una Iglesia en ladrillo que, pocos años después sería bombardeada en los ataques de Estados Unidos a Camboya, al extenderse la guerra de Vietnam. En los noventa se construyó un pequeño edificio en madera que, a pesar de las constantes reparaciones, se está deteriorando rápidamente, de ahí la necesidad de afrontar la reconstrucción. En la actualidad, hay 70 familias católicas jóvenes en Kampong Koh con unos 400 fieles que participan activamente en la vida comunitaria.