OMPRESS-BADAJOZ (21-06-22) A inicios de julio partirán para Perú el delegado de misiones y director diocesano de OMP en Mérida-Badajoz, Federico Gragera, y Coro Díaz, una laica que se plantea su camino misionero en esas tierras, con las que desde hace 40 años está vinculada la diócesis pacense por los sacerdotes diocesanos que partieron como misioneros.

Fue en 1981 cuando llegaron a la diócesis peruana de Chachapoyas los primeros sacerdotes diocesanos pacenses, para iniciar una relación que sigue viva hoy, incluso en medio de las dificultades de la falta de sacerdotes. Durante estos años los sacerdotes de Badajoz se han hecho presentes en Cañete, Leymebamba, Chachapoyas, Rodríguez de Mendoza, La Jalca, Lima, Llacanora, Sorochuco, Indiana, Celendín, Huancayo y el seminario de Jaén, donde varios sacerdotes de Mérida-Badajoz impartieron clases. También es digna de recuerdo la excelente labor que han llevado y llevan a cabo en estos cuarenta años las Hijas de la Virgen para la Formación Cristiana, que también salieron de Badajoz, al ser de derecho diocesano. En la actualidad cuentan con una casa en la misión y otra, de formación, en Lima.

Les esperan en Perú, sobre todo el sacerdote José Antonio Ardila Codosero con una trayectoria de más de 22 años de misiones en Chachapoyas, Cajamarca y ahora en Chimbote. También en Leymebamba, donde fue declarado hijo adoptivo de la localidad junto a otros siete sacerdotes de Mérida-Badajoz, lo que muestra la labor que realizaban y, también, el cariño y acogida dispensados. Porque se trata de una historia que ha enriquecido a ambas partes. Hoy dos sacerdotes peruanos ayudan en Mérida-Badajoz, por lo como dice el delegado de misiones, “se pone en valor que las misiones tienen puertas reversibles, de aquí para allá y de aquella iglesia hermana hacia nosotros”.