Jornada de oración en Haití por la liberación de los secuestrados
- On 24 de enero de 2024
OMPRESS-HAITÍ (24-01-24) La Archidiócesis de Puerto Príncipe y la Conferencia Haitiana de Religiosos han anunciado que dedicarán el día de hoy, miércoles 24 de enero a la oración, la meditación y la adoración eucarística. Se pide a los fieles que organicen “una cadena de oraciones incesantes” por la liberación de las 6 religiosas secuestradas el 19 de enero, junto con su conductor y otro pasajero.
En un comunicado de prensa conjunto publicado el lunes 22 de enero, la archidiócesis y los religiosos de Haití condenaron “enérgica y firmemente” el secuestro de ocho personas en la mañana del viernes 19 de enero, entre ellas seis religiosas de la Congregación de las Hermanas de Santa Ana. “¡Que dejen de pisotear la dignidad inalienable de los hijos de Dios!”, dice el comunicado. Recordando a las familias de todas las demás personas secuestradas –una verdadera calamidad, los secuestros y extorsiones, que no deja de golpear a la población haitiana–, hicieron un llamamiento a los dirigentes haitianos para que asuman su responsabilidad: “Es hora de tomar las medidas necesarias para erradicar las plagas del secuestro y de la violencia de los grupos armados, que hunden al país en una situación cada vez más confusa y caótica”.
A continuación, el comunicado se dirige directamente a los secuestradores, exigiendo la liberación inmediata e incondicional de todos los secuestrados. “¡En nombre de Dios, a quien deben temer, detengan estas prácticas abyectas y criminales que profanan esta tierra sagrada que Dios nos ha dado!”. Invitan a todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos a organizar “en todas las parroquias y comunidades una cadena de oración incesante por la liberación de los secuestrados y de sus familias”,
Por otro lado el obispo de la diócesis haitiana de de Anse-à-Veau et Miragoâne, Mons. Pierre-André Dumas, se ofrecía a los secuestradores a cambio de las hermanas: “Secuestrar a mujeres que dedican su vida a salvar a los pobres y a los jóvenes es un gesto que verá el juicio de Dios”, y añadía: “Por favor, tómenme en su lugar. Estoy dispuesto”. Fue en su diócesis donde tuvo lugar el secuestro. Detrás del secuestro hay también indignación porque las religiosas secuestradas, por cuya liberación exigen 3 millones de euros, siempre han dedicado su tiempo a curar las heridas de uno de los pueblos más pobres del mundo, sin pedir nada a cambio. “Se ocupan de educar a los jóvenes, de evangelizar, de estar cerca de los que no tienen nada. Han entregado su vida por completo a nuestro pueblo”, señalaba el obispo.