OMPRESS-ROMA (2-11-22) “Recemos para que los niños y niñas que sufren, los que viven en las calles, las víctimas de las guerras y los huérfanos, puedan acceder a la educación y redescubrir el afecto de una familia”, es la intención que propone el Papa Francisco para este mes.

En el vídeo del Papa grabado para esta intención, dice: “Todavía hay millones de niños y niñas que sufren y viven en condiciones muy parecidas a la esclavitud. No son números: son seres humanos con un nombre, con un rostro propio, con una identidad que Dios les ha dado.

Demasiadas veces olvidamos nuestra responsabilidad y cerramos los ojos ante la explotación de estos niños que no tienen derecho ni a jugar, ni a estudiar, ni a soñar. Ni siquiera tienen el calor de una familia.

¡Cada niño marginado, abandonado por su familia, sin escolarización, sin atención médica, es un grito! Un grito que se eleva a Dios y acusa al sistema que los adultos hemos construido. Un niño abandonado es culpa nuestra.

No podemos permitir más que se sientan solos y abandonados; necesitan poder recibir una educación y sentir el amor de una familia para saber que Dios no los olvida. Recemos para que los niños y niñas que sufren, los que viven en las calles, las víctimas de las guerras y los huérfanos, puedan acceder a la educación y redescubrir el afecto de una familia”.

Las Obras Misionales Pontificias se suman a esta oración y agradecen la labor de tantas misioneras y misioneros que dedican su vida a la protección de los más pequeños en sociedades donde la pobreza material lleva aparejadas, en muchas ocasiones, otras pobrezas más terribles. Es una intención que recuerda la iniciativa de Mons. Forbin-Janson al fundar Infancia Misionera, la Obra Pontificia que hace protagonistas a los niños de la ayuda a otros niños menos favorecidos que ellos en todo el mundo. El próximo 15 de enero en su Jornada.