Envíame a mí: una crónica misionera del Domund

Envíame a mí: una crónica misionera del Domund

  • On 26 de octubre de 2020

OMPRESS-MADRID (26-09-20) El obispo de Puyo, en la región amazónica del Ecuador, el misionero burgalés Rafael Cob, ha hecho una crónica misionera del Domund 2020, en la que se siente la cercanía de la misión y que termina con la respuesta a Dios, “¿A quién enviaré?, respondemos: Envíame a mí”. Comienza esta crónica con la visita del obispo a las comunidades indígenas de Montalvo-Boveras en la cuenca del rio Bobonaza, uno de los afluentes del Pastaza, que a su vez lo es del Amazonas.

Es el día del Pilar y “a ella encomendamos nuestro viaje”, así empieza su crónica Mons. Cob. “Después de 6 meses de pandemia la evangelización no se detiene. Junto al obispo le acompaña las intrépidas misioneras Hna. Viqui y Hna. Magdalena.

Salíamos a las 7:30 de la mañana del aeropuerto de Shell, un día con cielo despejado, en un plácido vuelo aterrizamos en Montalvo junto al batallón militar Capitán Chirivoga, vamos a saludar al Mayor del batallón y ofrecemos celebrar con ellos una eucaristía para el día siguiente, allí llegaron algunas canoas a esperarnos, con los catequistas, Aurea, Milton, cogeríamos la canoa rio arriba hasta Boveras nuestro centro de operaciones, la casa de la Misión.

Al llegar vemos tuberías de agua, rotas que hacen grandes charcos alrededor, la casa por dentro después de 6 meses sin visitar esta de iniciar una gran limpieza y mantenimiento, hicimos de fontaneros y barrenderos, este lunes la gente está de minga en el puerto que después de la crecida e inundación de meses atrás quedó muy deteriorado. Las hermanas comienzan a trapear la casa manos a la obra hasta dejarlo todo listo. Igualmente preparan un rico almuerzo para después en la tarde salir rio arriba hacia la comunidad de Morupichi donde nos espera el catequista Ananías con su gente para celebrar la eucaristía con varios bautismos, nada más llegar invitamos a la gente a confesarse, después de la eucaristía bendición de plantas y el compadrazgo, todos quedaron muy contentos ,hacemos las fotos del recuerdo y regresaríamos a la base en Bovera ya en el camino rio abajo nos cogió la noche ,pero llegamos al puerto seguro para ir a cenar y descansar recobrando fuerzas para el día siguiente .

El martes 13 de octubre. Comenzaríamos el día con la misa en el batallón a las 7:30 de la mañana como habíamos acordado con los soldados. A las 7 de la mañana ya estaban llamando a la puerta de la Misión dos soldados para llevarnos al Batallón. Yo me adelanté con los soldados y las hermanas llegarían después, al llegar los soldados ya esperaban en la capilla. Después de la misa el Mayor Luna agradeció por este servicio religioso y nos pidió que cuando entremos sigamos visitando el batallón para dar atención espiritual. Nos despedimos y seguimos nuestro itinerario, ellos esperaban la visita especial de mandos militares y autoridades que entraban de Shell. Estaban remodelando las instalaciones.

En la canoa de la catequista Aurea bajamos a Pakayacu comunidad muy numerosa al llegar los niños están en las clases, aquí la pandemia no les afectó mucho con sus medicinas y plantas medicinales se curaron. Llegamos a la Iglesia y tocamos la campana llegan algunos diciendo que el catequista Juan Medardo salió hace varios días a la ciudad y no había entrado, por lo que mucha gente al no saber de nuestra entrada se fueron a sus chacras. Pero fueron llegando los niños que se prepararon para hacer la primera comunión y algún joven la confirmación. Nos ponemos a confesar y llegaron los niños y algunos adultos, hicieron su primera comunión 5 niñas y dos niños y se confirmó el joven Juan Carlos. La hermana Viqui al terminar la misa presentó a Ramona, una señora que sería la nueva catequista que ayudará en esta tarea a Juan, hace años también había cooperado como catequista.

Después de despedirnos y hablar con los jóvenes priostes que están preparando la fiesta para la primera semana de diciembre donde habrá el cambio de barallos (autoridades). Nos encaminamos para Montalvo, donde al llegar a la casa de la Misión prepararíamos el almuerzo y al poco tiempo llegó la catequista Juana, profesora del colegio, que nos enseñó por donde habían entrado los ladrones a la casa, cuando por la pandemia ella estaba ausente, los ladrones se llevaron muchas cosas, hasta los colchones de las camas, en dos robos que hicieron durante este tiempo. No respetan lo ajeno ni en el terreno propio de la misión ya que había alguien sembrando yuca, lo cual pusimos en conocimiento de las autoridades e hicimos conocer a la gente al terminar la misa, pidiéndoles que deben cuidar y defender lo que es para servicio de la comunidad. Al no vivir nadie durante tanto tiempo en la casa entran y se llevan cuanto pueden.

Después de almorzar nos pusimos a Confesar niños, padres padrinos y personal en general. Más de dos horas estuvimos confesando, llegada la hora de comenzar el templo se llenó, la celebración de varios sacramentos, bautismos, primeras comuniones, y una confirmación, todos terminaron muy contentos elogiando la labor de la catequista Juana que había preparado para los sacramentos. Regresamos al atardecer, río arriba contemplábamos bellas puesta del sol agradeciendo a Dios creador por la maravillas de su creación.

Un día muy lleno de gracia para estas comunidades, terminábamos cansados pero contentos de poder dar la vida de Dios. Llegando a la casa nos espera el joven Adán con su esposa María Carla, para comunicarnos que deseaban casarse y que se había preparado pero con la pandemia quedó truncada la fecha, dejaron los anillos esperando que al día siguiente pudieran ser bendecidos en su matrimonio. Con esta gran noticia terminábamos el día antes de dormir y descansar Dando gracias a Dios.

14 de octubre. Este día sería totalmente dedicado a Boveras con sus barrios y comunidades. Mangurco, Sto. Tomas, Playas. Ya muy de mañana empezaron a llegar la gente para confesar. La Hna. Viqui y la Hna. Magdalena preparan la capilla con los adornos del caso.los catequistas se hacen presentes. En la capilla de la casa nos ponemos a confesar a todos los que participarían en los sacramentos para celebrar. Bautismos, primeras comuniones, confirmaciones y matrimonio. En una celebración solo dejaremos de administrar el Orden sacerdotal y la unción de enfermos los otros 5 sacramentos serian administrados.

La capilla repleta de gente, la gente, nadie se siente con precauciones de contagios de la pandemia, nadie lleva mascarilla ni guardan distancias, los misioneros tratamos de prevenir con la mascarilla en ciertas partes del vivir como en las celebraciones de la comunidad en el templo. Les advertimos que no debemos hacer fiestas sociales en los sacramentos por estar en pandemia y prevenir contagios. Nadie murió de contagios en estas comunidades. Son las 12 del medio día cuando terminábamos la celebración todos muy contentos de la visita del Obispo a sus comunidades después de tantos meses sin eucaristía.

Antes de ir al almuerzo la hna. Viqui había preparado unos materiales para repartir a los catequistas en la reunión que tendríamos con ellos, se hizo una evaluación del año pastoral anterior, donde cada unos va manifestando su parecer y compartiendo su experiencia en el trabajo .Después se elegirá a la nueva coordinador /a de los catequistas de la zona recayendo en la Catequista Aurea y la secretaria la catequista Juana. La Hna. Viqui les felicita por su trabajo y se distribuyen las responsabilidades para este nuevo curso. Cabe destacar en este año dos jóvenes que trabajaron con infancia misionera como compromiso de la confirmación que recibieron.

Terminada la reunión, Milton catequista que había bautizado a su hija Anay, nos invitó para almorzar en su casa. Después de ello nos regresamos a Boveras, para descansar de este día ajetreado, donde el gran cansancio acumulado nos hace dormir de una hasta la hora de la cena. Cansados pero contentos por tanta gracia y fortalecimiento de nuestros catequistas.

15 de octubre Sta. Teresa de Jesús. Este jueves 15 no estaba programado un trabajo pastoral, ni habíamos dicho a nadie que es lo que pensábamos hacer sino descansar ya que nos dijeron que el viernes seria el vuelo de los militares para salir a Puyo. Pero en este jueves fiesta teresiana en la mañana dedicamos en las primeras horas visitar la escuela de Boveras y hacer de carpinteros clavando algunas tablas en las puertas de la capilla y dispensario que había huecos como para entrar animales o niños. Después creíamos que podíamos hacer una visita paseo a Teresa mama por ser el día de la santa que lleva su nombre. Improvisamos el viaje poniéndonos en movimiento con Aurea que llego por casa. El obispo buscaría la canoa y el motor y ella al canoero que dirija la barca.

Así que a las 11 de la mañana estábamos todos en el puerto listos para zarpar, llevaron la gasolina y el aceite para el motor y Franklin seria el piloto, rio arriba nos decía que tardaríamos 3 horas como mínimo para llegar allá Teresa mama, la comunidad más pequeña de la ribera, apenas llegaría a 5 familias, nos acordábamos que hay que hacer opción por las minorías, los olvidado y excluidos, y estos entraban en todas esas calificaciones. Durante el viaje en las dos primeras horas todo el tiempo muy bien pero en el últimos tramo se empezó a llover y nos mojamos un rato, al llegar a Teresa Mama que está situada en una loma alta era difícil el acceso resbaladizo por la lluvia caída.

Al llegar era hora de almorzar así que nos pusimos a comer en la primera casa que encontramos donde solo había unos niños y niñas, los papás no estaban y mientras comíamos los atunes y granos que llevábamos los niños fueron avisar a los otros que tendríamos la misa de Sta. Teresa en la capilla, una pequeña capilla bien cuidada a la punta de la pista de aterrizaje que en su día hicieron, y la escuelita a medio de la pista, nos dicen que son 12 niños en total en la escuela, el profesor no estaba.

Después de comer llegamos a la capilla para iniciar la misa los niños son los primeros en llegar y después algunas mujeres con sus hijitos, varones mayores no vimos a nadie solo un joven. Dijimos la misa y pedimos a Sta. Teresa que cuidara estas pequeñas comunidades en su fe.

Después de acordar que entraría el padre misionero en diciembre, reemprendimos el regreso pues si nos quedábamos más tiempo, llegaríamos de noche a casa y no es conveniente viajar de noche. Queríamos también entrar a visitar una comunidad rio abajo pero muy cerca de Teresa Mama se llama Siguacocha. Es una comunidad con aproximadamente 20 familias o más, nos habían dicho que había evangélicos y católicos por ello no se había entrado mucho a ella , les preguntábamos con los que estaban tomando chicha en la casa , que si deseaban que se les visite por parte de nuestros misioneros o tener una capilla en la comunidad , debieran solicitarlo por escrito al Obispo de Puyo, así como uno de la comunidad encargarse de la coordinación como catequista, mientras, los catequistas de Bovera pudieran ayudarles. Aprobaron la idea y quedaron que harían la solicitud para iniciar de forma regular las visitas a su comunidad.

Nos despedimos y enseguida emprendemos el regreso, el piloto aceleraría el motor, pero la lluvia se hizo presente durante casi todo el camino y aunque llegamos en la mitad del tiempo que a la ida, llegamos mojaditos como sopa hasta los huesos. Esos son los gajes del oficio misionero arriesgando ante la lluvia y el sol. Llegamos al atardecer a casa para preparar la cena finiquitar las actas de los libros de sacramento y dejar todo listo para mañana salir rumbo a Puyo. Agradecíamos a Dios ofreciendo el último sacrificio de nuestra jornada y dejando que la ropa se secara en la noche.

17 de octubre viernes. Llegó la hora de regresar .en la mañana la canos de Aurea nos vendría a buscar también los catequistas Milton Susana y Franklin vinieron hasta el puerto para despedirnos llegando hasta el batallón de donde saldría la avioneta que nos sacaría para Puyo. Pero sorpresa cuando nos comunican que el vuelo de los militares ha sido suspendido por el mal tiempo reinante en Shell.

Nos ponemos a pensar el modo de cómo encontrar alguien, con el que podríamos volar, parece que en Puyo están cerradas las posibilidades y al día siguiente sábado hay compromisos que cumplir, por lo que debemos buscar soluciones. Yo llamo a la administración con Lourdes en Puyo y la Hna. Viqui llama a la compañía aérea de Morona. Al fin concretamos que vengan desde Macas una avioneta, la misma que se presenta sobre las 11,30 el piloto nos dice que si será posible llevarnos a Shell en poco más de media hora. Subimos y alzamos el vuelo pero al poco tiempo del vuelo se complica la situación comienzan las turbulencias y tormenta de agua, no se ve nada y el piloto recibe información que no están operables los aeropuertos de Shell ni tampoco de Macas, están cerrados, por lo cual va a intentar llevarnos hasta Tahisa que es la única posibilidad viable, los pasajeros como la Hna. Viqui, muy nerviosos, nos viene la calma. Así lo hace y aterrizamos en Tahisa. Un pueblo que desde que ha llegado el carretero allá, con más de 6 horas de bus, por un camino bastante malo, pero que llegan bastante vehículos y gente, desde esta pista hay cantidad de vuelos a las comunidades de Morona, se ve mucho movimiento y ello nos lo confirma el padrecito misionero P. José de la Puerta que fuimos a ver. Mientras se despejaba el tiempo para regresar a Shell.

Serian cerca de las 5h de la tarde cuando aterrizábamos en Shell con gran alegría después del susto por las alturas. Don Néstor estaba esperándonos con su carro y al fin en casa. Dando gracias a Dios y a su providencia habíamos logrado cumplir la misión, dando gracias a Dios todos sanos y salvos. Laudato Si. La Misión sigue y los misioneros con ella, no hay misión sin misioneros y la misión es vida y la vida se hace misión. Por ello decimos ante la pregunta de Dios ¿A quién enviaré?, respondemos: Envíame a mí”.

 

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