OMPRESS-PARÍS (17-04-24) La reapertura, si no hay imprevistos, será el próximo 7 de diciembre, después de más de cinco años de obras de reconstrucción, tras el incendio sufrido el 15 de abril de 2019. Una de las capillas laterales acoge los restos de uno de los primeros miembros de Infancia Misionera, el seminarista chino San Pablo Tchen.

La construcción de la catedral de estilo gótico comenzó en 1163 y se completó en 1345. En el siglo XIX, el arquitecto Viollet-le-Duc la restauró. El tejado, una estructura de madera de roble, que se derrumbó en el incendio de hace cinco años, databa de 1326 y pesaba 210 toneladas.

“La catedral no se parecerá a la que dejamos atrás: la luz de la piedra y la belleza de las pinturas nos darán algo nuevo respecto a lo que conocíamos”, señala Mons. Olivier Ribadeau, arcipreste-rector de la catedral, en una entrevista publicada en el sitio web de la Conferencia Episcopal Francesa. El altar quedó parcialmente destruido al caer la aguja y la bóveda, lo que llevó a la decisión de renovar todo el espacio y el mobiliario litúrgico de la catedral. Mons. Olivier explicaba que las obras realizadas en el interior de la catedral darán como resultado “algo sumamente bello y poderoso”. Además, añadía, “antes del incendio, las capillas laterales estaban tan oscuras que solo se podía ver la nave. La catedral ha adquirido una nueva dimensión”.

Entre estas capillas hay una dedicada a Infancia Misionera y a un santo que perteneció a esta obra volcada en los niños, San Pablo Tchen. Esta capilla acoge desde el 10 de junio de 1920 las reliquias de este joven mártir chino. Pablo fue recogido y criado gracias a las ayudas de la entonces Santa Infancia, y él mismo formó parte de las Obra. Quiso ser sacerdote y entró en el seminario. En 1861 murió mártir junto a otros dos seminaristas que se negaron a renunciar a su fe. En el año 2000, el Papa Juan Pablo II canonizó a Pablo y a otros 120 católicos de China.

Antes del incendio la Obra Pontificia de la Infancia Misionera en Francia tenía una misa en esta capilla un miércoles de cada mes, a la que se sumaba también la comunidad católica china en la ciudad del Sena y las conocidas Misiones Extranjeras de París. La misa, celebrada por la evangelización del mundo, era una oportunidad para pedir a este santo de Infancia Misionera que los niños y los jóvenes respondan con valentía a la llamada del Señor. A cada celebración seguían momentos de testimonio espiritual y misionero. La última misa que se celebró fue el miércoles 10 de abril, cinco días antes del incendio.