Embargados en nuestra pobreza

Embargados en nuestra pobreza

  • On 19 de octubre de 2023

OMPRESS-NÍGER (19-10-23) El misionero Rafael Marco, miembro de la Sociedad de Misiones Africanas, escribe desde su misión en Dosso, Níger. El país sufre un duro embargo tras el último golpe de Estado que, como en muchas ocasiones, son los más pobres quienes lo sufren. Como reconoce Rafael, están embargados en su pobreza. Además hay problemas de seguridad con la amenaza del integrismo islámico, por lo que los desplazamientos se limitan. Con fecha de ayer, 18 de octubre, escribe:

“La semana pasada tuvimos los encuentros de los compañeros SMA de Níger, lunes y martes, y a continuación la asamblea diocesana de sacerdotes, religiosas y delegados de todas las parroquias de la diócesis, alrededor de 130 personas con el padre-obispo al frente, Mons. Laurent Lompo.

Es una alegría volverse a ver, sobre todo cuando uno no se puede desplazar por motivos de seguridad y compartir con los compañeros la vida y milagros de nuestra vocación misionera nada más que un par de veces al año. Es bueno para que no se agudice la soledad.

Níger es un país muy grande en superficie, en culturas y etnias: tuaregs, songhay, hausa, gurmantchés… en modos y estilos de vida: sedentarios, nómadas… El río Níger ha sido el cauce por el que han discurrido a través de los siglos pueblos, culturas, creencias y experiencias de una extraordinaria riqueza y diversidad. Uno se siente muy pequeño ante toda esta magnificencia a poco que penetres la hondura de estos hombres.

Corren tiempos difíciles, Níger suele aparecer todos los años como el país más pobre de la tierra, pero es que después del golpe de estado del 26 de julio pasado la pobreza se ha incrementado a ojos vista: el viaje de Dosso a Niamey, 150 Km que en abril pasado lo hicimos sobre una carretera abarrotada de autobuses y camiones, la semana pasada lo hicimos prácticamente solos: no hay transporte, no hay comercio. El ecónomo de la diócesis me hablaba de cantidad de empresas que han cerrado, de la falta de productos básicos en las tiendas, de los sueldos de funcionarios sin pagar… Estamos embargados, concluía.

En la inauguración de la Asamblea ya se nos habló del mensaje que nos enviaba el primer ministro: Hay que apretarse el cinturón y abrir en él nuevos ojales. Ya lo sabíamos. Ya nos habíamos dado cuenta por poco que observas cómo vive la gente. Los organismos internacionales, las ONG que financian proyectos de todo tipo han cortado bruscamente su colaboración y además han cerrado las fronteras nuestros países vecinos por donde nos llegan lo más importante de nuestros productos de base y los precios se han doblado: arroz, maíz, mijo… andan hoy por las nubes, inalcanzables. Ya estamos acostumbrados, es lo que aprendemos nada más nacer o en cuanto llegamos a estas sabanas infinitas.

Y poco después de la inauguración de la asamblea contemplamos en un vídeo la experiencia de nuestro compañero Pier Luigi, secuestrado durante más de dos años en pleno desierto, encadenado, objeto de mofa de sus secuestradores obligándolo a convertirse al Islam, incomunicado, con una infinita sensación de soledad y abandono hasta de Dios que le sirven para descubrir los infinitos espacios de su corazón (‘Cadenas de libertad’, es el libro que ha escrito sobre esta experiencia) y de su espíritu que le ayudan a borrar toda sensación de amargura y resentimiento y toma conciencia que esos dos años de cautiverio han sido los más fructíferos de su vida misionera.

Y resulta que nuestra asamblea tiene como objetivo: ‘Iglesia, familia de Dios, caminamos juntos para transformar nuestra sociedad’. Nada más y nada menos. Y nos ponemos a trabajar por sectores, por misiones para ver como lo podemos llevar a cabo eligiendo dos desafíos prioritarios en nuestra comunidad.

En Dosso, después de darle muchas vueltas, hemos decidido trabajar por el desarrollo de nuestras comunidades de base, estructurar y potenciar el grupo de jóvenes y. como tela de fondo, incrementar el espíritu misionero en la parroquia. Nos hace falta, después de tomar conciencia de nuestra identidad y fraternidad animados por el Espíritu de Dios. Dios os guarde. Un abrazo fuerte”.

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