El testamento del fundador de una congregación misionera

El testamento del fundador de una congregación misionera

  • On 22 de septiembre de 2020

OMPRESS-ROMA (22-09-20) San Guido María Conforti fundó la Sociedad de San Francisco Javier para las Misiones Extranjeras, los javerianos, y 100 años después de la aprobación de sus constituciones es posible acercarse a su “testamento” gracias a una serie de vídeos preparados por MissioNET.

En el año jubilar, que comenzó el 2 de julio de este año, se prolongará hasta el 2021, se ha querido recordar la “Carta del Testamento” de San Guido Maria Conforti. En aquella carta el fundador de los javerianos comunicaba la noticia de la aprobación de las constituciones e invitaba a los misioneros “presentes y futuros” a que dieran gracias a Dios y les llamaba la atención “sobre el grave y solemne compromiso que ahora tenemos ante Dios y su Iglesia”. Era el 2 de julio de 1921.

Son precisamente las palabras de este “testamento” las que se escuchan y sirven de eje en una serie de vídeos preparados por los javerianos. En estas palabras queda claro, como explicaban los javerianos al inicio del año jubilar, el carisma de esta congregación: “la misión ad gentes y ad extra vivida en la consagración religiosa, insertada en el contexto más global de la única misión de la Iglesia”.

Los vídeos en youtube: primer capítulo, segundo capítulo, tercer capítulo.

La oración compuesta para el año jubilar resume los sentimientos de los misioneros javerianos: “Alabado seas, Dios y Padre, por nuestro Fundador San Guido M. Conforti, quien, fascinado por tu Hijo crucificado e inspirado por el Espíritu, fundó la Familia Javeriana para difundir el Evangelio hasta los confines más distantes, para que nuestro Señor Jesucristo sea conocido y amado por todos. Te damos gracias por el don de la vocación misionera. Perdona las infidelidades al carisma recibido, y fortalece en nosotros el deseo y el celo de vivir la misión ad gentes, con un intenso espíritu familiar. Danos un espíritu de Fe viva para dar testimonio con amor en el mundo de la Esperanza que da sentido y vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. ¡Amén!”.

 

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