OMPRESS-ZAMBIA (29-04-24) Desde 1978 cuando se fundó, el Seminario Mayor de St. Dominic ha sido el lugar donde se ha formado la mayor parte de los sacerdotes de Zambia. En estos casi cincuenta años, sus seminaristas han contado año tras año con el apoyo de las Obras Misionales Pontificias. En este curso que comienza son 157 los seminaristas y, desde la dirección del centro han querido adoptar, como lema para todo el año, la cita del primer libro de Samuel: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”. Clave de meditación sobre la vocación y la relación con Dios. La mayoría de los jóvenes vienen de las once diócesis de Zambia, pero también hay 11 estudiantes de las diócesis de Mariannhill en Sudáfrica y tres de la diócesis de Gaborone en Botswana. Algunas congregaciones religiosas con sede en Zambia también envían a sus estudiantes al seminario para realizar estudios teológicos.

El padre Jones Chitalu, el rector del seminario, explicaba que estaban muy contentos “de que el año pasado pudiéramos ordenar a 27 estudiantes como diáconos y enviar a 30 candidatos a sus propias diócesis para ser ordenados sacerdotes. En mayo de este año 2024, esperamos ordenar a 18 estudiantes como diáconos y a 40 estudiantes como sacerdotes”.

Los seminaristas están muy involucrados en actividades pastorales de diversa índole. Cada fin de semana, los estudiantes de Teología II y los diáconos van a parroquias e instituciones católicas cercanas, como hospicios, hospitales y centros de salud, escuelas y orfanatos, donde participan en diversas actividades como catequesis, animación de pequeñas comunidades cristianas y grupos apostólicos de laicos, limpieza, visita a los enfermos. De esta manera los estudiantes ya adquieren alguna experiencia pastoral.

Dada la pobreza en el país, cada año el St. Dominic ha contado con el apoyo de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, una de las cuatro Obras Misionales Pontificias, que impulsaba hace unas semanas la Jornada de Vocaciones Nativas. En concreto el curso pasado se les hicieron llegar 57.640 dólares. Lo cierto es que el seminario se construyó para muchos menos estudiantes de los que ahora viven y estudian en él, por lo que ha habido que ir haciendo ampliaciones. Así se hizo en 2014, que se crearon más habitaciones lo que supuso una inversión de 70.000 dólares por parte de San Pedro Apóstol. Otras inversiones han sido las canalizaciones de agua que necesitaron 13.000 dólares más, porque se remontaban a casi un siglo, mucho antes de que se creara el seminario; o también los muebles, escritorios, camas para los nuevos seminaristas que requirieron una inversión de 12.000 dólares en 2018. Todo este apoyo ha sido el fruto de la generosidad de los católicos con la campaña de Vocaciones Nativas y con las vocaciones en los países de misión con herencias, donativos a los largo del año y domiciliaciones bancarias.