El cuidado de los pobres, la vocación del nuevo hospital de Mananjary

El cuidado de los pobres, la vocación del nuevo hospital de Mananjary

  • On 26 de mayo de 2023

OMPRESS-MADAGASCAR (26-05-23) El pasado 23 de mayo se inauguraba el Hospital Sainte-Anne (HSA) de Mananjary, Madagascar. Es fruto de la labor y el impulso de dos misioneros, el obispo de la diócesis de Mananjary, una diócesis en la costa este de Madagascar y a la que pertenecerá el hospital, el misionero portugués, José Alfredo Caires de Nobrega, y el sacerdote de las Misiones Extranjeras de París, Jean-Yves Lhomme. Este último misionero en Madagascar desde 1986.

El hospital Sainte-Anne de Mananjary trata patologías y enfermedades que los dispensarios –son casi medio centenar en toda la diócesis– no pueden tratar. Todo el mundo puede acudir a él, sobre todo los habitantes más pobres de esta zona del este de la gran isla del Índico, que cuenta con unos 700.000 habitantes. Como señalaba el padre Jean-Yves, “¡Esta es su vocación deseada por nuestro obispo y la razón de su creación!”, la ayuda a los más pobres.

Además no solo se trata de cuidar a los pacientes. Según la costumbre malgache los familiares deben llevar el alimento del enfermo al hospital. En el Sainte-Anne la comida del paciente corre por cuenta del hospital, pero también la de sus acompañantes. Como explican los promotores, la primera vocación del hospital es atender a los más pobres, no hace falta decir que las familias están tan desamparadas como los enfermos. El terreno que ocupa el HSA (Hospital Sainte-Anne) cubre 10 hectáreas, entre las que se incluyen tres campos de arroz, el alimento básico de los malgaches, y una colina de terrazas es la huerta.

Pero aunque es un hospital que acoge con cariño a los pobres, en sus más de 2.500 metros cuadrados de instalaciones cumple con todos los estándares internacionales de calidad. Hay laboratorio, radiología, quirófanos… El personal es de origen local, es decir, malgache, con una alta cualificación.

De cara al futuro se quiere que el centro materno-infantil tenga su propio edificio, con una sala de maternidad, un departamento de obstetricia y ginecología y un departamento de pediatría. Con 20 camas, será una maternidad “pequeña”, aunque los nacimientos sean muy numerosos. Las mujeres dan a luz en los pueblos y esto, sin duda, seguirá siendo así, pero el HSA dará la seguridad de que se pueden afrontar los embarazos y partos de alto riesgo.

Como explicaba el padre Lhomme, el hospital público de Mananjary quedó destruido en febrero de 2022, como consecuencia del paso del ciclón tropical Batsiraï. Las instalaciones todavía en construcción del HSA se pusieron a disposición de este hospital público y fue acogido en ellas durante todo un año, aunque todavía se realizan operaciones que le corresponderían. Como reconocía el misionero, ante la situación límite tras el paso del ciclón, el Hospital de Sainte-Anne cumplió su función de atención a los más pobres, antes de tiempo… acogiendo a todos los afectados por aquel ciclón y los otros dos ciclones que le han seguido en 2022 y 2023.

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