Dos misioneras en el Foro de Davos

Dos misioneras en el Foro de Davos

  • On 30 de mayo de 2022

OMPRESS-DAVOS (30-05-22) Considerada la cumbre de los poderosos del planeta y organizada por el Foro Económico Mundial en la localidad suiza de Davos, este año han estado presentes dos misioneras, llegadas de las periferias, dos religiosas que han traído sus experiencias de inclusión de los últimos. En medio de la celebración de este Foro de Davos, que se celebró del 22 y 26 de mayo el Global Solidarity Fund, inspirado por el Papa Francisco, junto a la Fundación Conrad N. Hilton, que lleva muchos años financiando exclusivamente proyectos de monjas católicas en todo el mundo, convocaba “Promoviendo el Liderazgo Valiente: Elevando las Voces de los Márgenes”. Se buscaba con este encuentro entre religiosas católicas y líderes de los sectores públicos, privados y sin ánimo de lucro, escuchar y aprender directamente de cómo estas misioneras, que están en primera línea, afrontan desafíos como el cuidado de la salud, la migración y la trata de personas. Las dos misioneras eran Ruth Pilar del Mora, consejera para las misiones del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, originaria de Colombia, y sor Patricia Murray, secretaria ejecutiva de la Unión Internacional de Superioras Generales. Ambas representando la labor que lleva a cabo cientos de hermanas en las zonas más marginadas del planeta.

Por primera vez desde que se instauró esta cumbre de Davos han estado presentes dos misioneras, aunque sea en los espacios reservados a las reuniones “informales”. La revista Popoli e Missione, de las Obras Misionales Pontificias en Italia, ha hablado con Marta Guglielmetti, directora ejecutiva del Fondo Global de Solidaridad. Este fondo se inspira en el liderazgo y la visión del Papa Francisco y busca crear una red en el sector privado, el sector del desarrollo y las comunidades católicas en apoyo de los más vulnerables. Guglielmetti explica que en este último Foro de Davos al haber dado voz a estas hermanas y misioneras que “en los países pobres, conocen de cerca las necesidades de la gente y además tienen una gran capacidad de liderazgo porque tienen una ‘visión’ de futuro”. Añade que “es la primera vez que quienes viven y trabajan en países al margen de la economía mundial, como los misioneros, intervienen en Davos, reuniéndose con representantes de grandes empresas. La Iglesia está presente en el Foro Económico Mundial pero de manera institucional, pero en este caso hemos traído la voz de personas que viven en los márgenes”.

Sor Ruth y sor Patricia se reunieron con los directivos de Unilever, la multinacional británica propietaria de más de 400 marcas en el sector de la alimentación y el cuidado personal, más de una vez en el punto de mira de la sociedad civil. La idea de las hermanas ha sido dialogar con los directores generales de las grandes empresas para realizar proyectos de lucha contra la pobreza. “Hemos lanzado una alianza entre Unilever y el Fondo de Solidaridad Global en Colombia. El objetivo es un proyecto de integración de migrantes y refugiados en el mundo del trabajo”, explica Marta Guglielmetti.

El Fondo de Solidaridad Global nació en 2019 como un catalizador de las fuerzas católicas a favor de los más débiles. Guglielmetti pone como ejemplo de buenas prácticas lo realizado en Addis Abeba, Etiopía, con un proyecto en el hospital de las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta, para la integración de ex pacientes en el mundo laboral. “No solo queríamos curar a la gente”, explica, “sino también ayudarlos a salir de la trampa de la pobreza. Y así lo hicimos. Tan pronto como los pacientes ingresan al hospital, se da el diagnóstico de su enfermedad pero también se analizan sus habilidades laborales. Sor Marila, provincial de las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa en Addis Abeba, trata a personas con lepra y tuberculosis en condiciones económicas difíciles”. Una vez recuperados, los ex pacientes se ubican en los cursos profesionales de las hermanas salesianas y en poco tiempo comienzan a trabajar: una forma de vivir una vida digna. La aportación de las hermanas en Davos ha querido dar este modelo alternativo, en el que las personas y su presente y futuro son el centro.

 

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