OMPRESS-TENERIFE (7-06-22) Como es tradición en la diócesis de Tenerife, este próximo 9 de junio se celebrará la fiesta de San José de Anchieta, el misionero jesuita nacido en la isla, que inspirado por las cartas de San Francisco Javier, partió con solo 19 años a Brasil. Fue el primer misionero jesuita enviado a América. También es tradición que en torno a esta fiesta la diócesis tinerfeña celebre diversos actos, que ya comenzaron el 3 de junio con el Pregón que tuvo lugar en el Salón de actos de la Casa Mesa a cargo del doctor en Historia del Arte, Carlos Javier Castro Brunetto. Desde ayer, además comenzaba el Triduo Solemne previo a la fiesta.

El mismo día 9 de junio tendrá lugar la ofrenda floral a las 12:00h en los Jardines del Campus Universitario de San Cristóbal de la Laguna. A las 19:00h, tendrá lugar la Eucaristía en la Catedral, presidida pro Mons. Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, seguida de la también tradición procesión con la imagen del santo misionero que recorrerá el trayecto desde su casa natal hasta el templo catedralicio.

José de Anchieta nació el 19 de marzo de 1534 en Tenerife. Su primer contacto con los jesuitas tuvo lugar cuando estudiaba Filosofía en la Universidad de Coimbra, Portugal, inspirado por las cartas de San Francisco Javier. En 1551, Anchieta entra en la Compañía de Jesús. Su misión en Brasil comienza en Salvador en 1553, cuando aún era novicio, a los 19 años. Desde ese momento hasta su muerte se volcó en los más necesitados y perseguidos: la enseñanza de la lengua portuguesa a los hijos de los indios y portugueses; aprendió la lengua indígena, escribió una gramática, un catecismo, obras de teatro e himnos en la lengua de los indios, además de otras obras en portugués, latín, tupi y guaraní; participó en negociaciones de paz en conflictos entre indios y portugueses; fundó un colegio en Río de Janeiro del que fue rector; fue provincial de los jesuitas en Brasil; y autor de muchos relatos sobre la misión y las peculiaridades de la tierra y de los pueblos brasileños. José de Anchieta murió el 9 de junio de 1597 en Reritiba, ciudad fundada por él, en Espíritu Santo, y que posteriormente recibiría el nombre de Anchieta. El título de “Apóstol de Brasil” le fue concedido ya por el obispo de Río de Janeiro, Mons. Bartolomeu Simões Pereira, en la misma celebración de su funeral.

En la misa de acción de gracias por la canonización del Padre Anchieta, el 24 de abril de 2014, el Papa Francisco señalaba que junto a Nóbrega, su amigo, superior y compañero en la misión, Anchieta fue el primer jesuita que Ignacio envió a América. “Un chico de 19 de años. Y era tanto su gozo que fundó una nación. Puso los fundamentos culturales de una nación en Jesucristo. No había estudiado Teología ni Filosofía. Era simplemente un chico. Pero había escuchado a Jesús. Se dejó alegrar y esa fue su luz”. El Santo Padre indicó que esa fe es la base de su santidad. “No le tuvo miedo a la alegría”.