El pasado 6 de abril, en un acto oficial en la embajada de España en Abiyán (Costa de Marfil) era condecorada con la cruz Oficial de la Orden de Isabel la Católica la misionera salesiana María Teresa Añaños Colón, reconociendo su labor de entrega a los demás en este país de África Occidental.

El documento oficial, entregado por el Embajador de España, Rafael Soriano Ortiz, decía: “En nombre de Felipe VI, Rey de España, Maestre de la Orden de Isabel la Católica y, en su nombre, el Gran Canciller de Asuntos Exteriores de la Unión Europea y de la Cooperación Española, en reconocimiento a los méritos constatados en Sor María Teresa en el campo de la educación y la promoción humana, le confiero los honores, distinciones e insignias correspondientes al estatuto de la Orden”. Como informan las Hijas de María Auxiliadora, Misioneras Salesianas, en la sencilla ceremonia de entrega de esta condecoración, se puso de relieve el testimonio de la hermana María Teresa, con una vida ejemplar al servicio de los niños, totalmente dedicada a la educación y promoción de los jóvenes.

Ella misma cuenta cómo fue el evento: “En la residencia del Embajador en presencia del Nuncio, de la Ministra de Familia, del alcalde, de un diputado, de otros misioneros y, por supuesto, de una representante de nuestra Superiora General y de mis hermanas, en un ceremonia simple pero muy significativa recibí la cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica de parte del Rey de España, de manos del Embajador en Costa de Marfil. Cuando me fue anunciado fue una gran sorpresa para mí, con la que por supuesto no me sentía identificada, pero vi que era un reconocimiento a la congregación y una condecoración para mis hermanos y hermanas españoles que con la gracia de Dios, al que van todas mis alabanzas y acción de gracias, por lo que hemos realizado en Costa de Marfil”.

Aragonesa de nacimiento y misionera ad gentes en África desde 1982, además de en Costa de Marfil, ha tenido como destinos Madagascar, Burkina Faso, Togo y Mali. Imágenes de esta misionera aragonesa aparecen en el vídeo de la campaña de Vocaciones Nativas de este 21 de abril. Se la muestra como ejemplo de la fe que llevaron y siguen llevando los misioneros a este país y que ahora asumen como responsabilidad propia las vocaciones marfileñas, tanto al sacerdocio como a la vida religiosa.

En un testimonio recogido por Obras Misionales Pontificias dice: “Yo soy ex alumna de las Misioneras Dominicas de Rosario, grandes misioneras, donde estuve pues 13, 14 años y después me he encontrado con las Salesianas, con la familia Salesiana, que también es misionera cien por cien. Entonces, este deseo de anunciar el amor de Dios, de anunciar a Cristo, me ha impulsado, desde que era pequeña”. Y añadía con mucha sencillez: “Yo tenía vocación y me quería casar, pero las condiciones para casarme verdaderamente las he encontrado. Porque decía: yo quiero un marido bien, arquitecto, médico…” y como ella dice “encontré a Jesús que lo es todo, y he podido ser madre de multitudes. Porque todos esos niños que escucháis y otros que no escucháis, que no los veis, yo siento que son mis hijos. Y de hecho, después de 41 años en la misión, los niños me llaman “Memé”. Así que he sido mamá, “memé”, que significa abuelita… Ahora soy la abuelita, y tengo cantidades de hijos y soy feliz”.