Apoyando a los catequistas aborígenes en Australia
- On 22 de marzo de 2024
OMPRESS-AUSTRALIA (20-03-24) Los Misioneros del Verbo Divino están acostumbrados a hacer kilómetros y kilómetros en el Territorio del Norte australiano, una estepa árida en el interior, y con costas salvajes a orillas de los mares de Timor y Arafura, y el Golfo de Carpentaria. Como en los tiempos de San Francisco Javier, pasan más tiempo en camino que con sus feligreses. Este ha sido su desafío, cuentan desde las Obras Misionales Pontificias de Australia, porque la clave del espíritu misionero es pasar tiempo con las personas, conocerlas escuchándolas con la mente y el corazón abiertos y creando espacios para el compromiso. Un desafío para estos misioneros que trabajan con comunidades aborígenes en zonas remotas de este Territorio del Norte, que coincide en fronteras con la diócesis católica de Darwin. Una extensión inmensa, tres veces España, con menos de un cuarto de millón de habitantes.
Para mostrar su cercanía a los pueblos aborígenes que habitan estas tierras, la mitad de los cuales son católicos, dos misioneros se han establecido en diciembre de manera permanente en Daly River, a unos 230 km al sur de la capital del Estado, Darwin, que está en la costa. El problema son las muchas comunidades dispersas en esta inmensidad. Por eso, los Misioneros del Verbo Divino han recibido el apoyo de las Obras Misionales Pontificias de Australia, para comprar una furgoneta camper, que les permitirá permanecer en los lugares que visitan por períodos de tiempo más largos. El nuevo vehículo les concederá más tiempo para apoyar pastoralmente a las comunidades, preparándolas para los sacramentos y asesorar a los catequistas.
De hecho el tema de los catequistas es uno de los ejes centrales de la evangelización de esta zona. Existe un programa de catequistas comunitarios en el que están involucrados los consejos locales de ancianos, las parroquias y Catholic Missio (las Obras Misionales Pontificias de Australia). Un programa que tiene como base la fe pero que busca que la cultura aborigen prospere y no se olvide. En la Parroquia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Alice Springs, a nada menos que a 1.500 km al sur de Darwin, se ha establecido con éxito el programa de catequistas. El padre Prakash Menezes, el Misionero del Verbo Divino que está al frente de esta parroquia, explicaba que esta “cubre unos 600 kilómetros de área de norte a sur y de este a oeste”, y tiene “alrededor de 16 comunidades aborígenes repartidas por esta zona”. Fueron los ancianos, añade “los que dijeron esto es bueno, necesitamos que la gente de la comunidad transmita la fe y la cultura a nuestros jóvenes y necesitamos algo de formación”. Lo que no les gustó fue la palabra “catequista”, una palabra extranjera para los Arrente, el pueblo aborigen que habita esta zona. Así que “comenzamos a usar el término ‘Líderes religiosos’ y también animamos a los mayores a encontrar una palabra en su propio idioma”, cuenta el padre Menezes. Tras muchas discusiones el término elegido, casi impronunciable para los no iniciados en las lenguas australianas, ha sido “tyerrtye akngerreparte”, que significa “un anciano, un líder”. Una expresión difícil de decir pero que es en sí misma todo un programa.