La Prelatura de Lábrea ordena el primer diácono nativo de su historia
- On 6 de marzo de 2023
OMPRESS-BRASIL (6-03-23) El pasado 25 de febrero Thiago Mendes Alves era ordenado diácono en Canutama, en el Estado brasileño de Amazonas. Es el primer seminarista nativo en ordenarse diácono en la prelatura de Lábrea, desde que se encomendara este territorio a los Agustinos Recoletos en 1925. Se trata de una gran alegría porque la prelatura podría celebrar su centenario con la ordenación sacerdotal de este diácono.
Thiago Mendes Alves nació en Manaos, la capital amazónica, en 1996, pero cuando contaba seis años de edad su familia se mudó a Canutama, explican desde la prelatura. La comunidad de base de San Pedro de la Parroquia de San Juan Bautista de esta ciudad ha sido su hogar y su primera familia eclesial.
El obispo agustino recoleto Santiago Sánchez fue el presidente de la celebración, y estuvo acompañado por el obispo emérito, Mons. Jesús Moraza, también agustino recoleto, y por otros ocho sacerdotes, entre ellos los agustinos recoletos Luis Amílcar Reyes y Luis Antonio Fernández. Entre los presentes también había varios de los compañeros del nuevo diácono, algunos ya sacerdotes y otros aún seminaristas, con los que Thiago ha estudiado Filosofía y Teología en el seminario interdiocesano de Porto Velho (Rondonia).
“Es como una película que te pasa por la cabeza”, cuenta el nuevo diácono. “Recuerdo ahora toda esta trayectoria, todo el itinerario, algunos momentos que fueron como un desierto, otros como estar invitado en las bodas de Caná. Son procesos que pasamos y que ayudan a discernir la propia vocación y saber qué llamada te hace la Iglesia, que misión Dios te confía cada día. La ordenación ha sido un momento de grandísima emoción. He recordado de cuando era niño, cuando mi abuelo me llevaba a la iglesia, entusiasmado, porque fue él quien me integró en la comunidad. Después también mi madre ha sido muy importante en mi trayectoria, porque después de que mi abuelo falleciese, ella ha sido la mejor motivadora para que yo no tomase otro camino diferente. Me acuerdo también de tantas personas que me ayudaron, me fortalecieron y me incentivaron. Esta celebración es también una forma de agradecer y pedir a Dios que retribuya a todos con su bendición”.
Los dos momentos más emocionantes para Thiago fueron el momento en que recibió las vestiduras propias del diácono y el momento de acogida del clero: “Cuando me colocaron la dalmática recordé cuando, siendo niño, mi madre me vestía. Ahora era con las vestiduras que representan lo sagrado. Fue emocionante. Además, cuando el clero dio el abrazo de acogida, monseñor Santiago tuvo un detalle muy bonito al invitar a mi madre a que fuese la primera en abrazarme y, desde ese momento, de entregarme para la Iglesia. Fue un abrazo de acogida y, al mismo tiempo, de entrega. He podido en ese momento rescatar mi vida vocacional y acordarme de mi abuelo, que fue mi primer promotor vocacional, quien me incentivó a ir a la Iglesia. Si él estuviese aquí estaría tan feliz, con el sentimiento del deber cumplido, de haber sido mi educador en la fe. Esta celebración ha sido la confirmación de aquella primera llamada que Dios me hizo a través de mi abuelo”.
El obispo Santiago Sánchez recordó que la Prelatura de Lábrea fue oficialmente fundada el 1 de mayo de 1925, es decir, que en dos años será su primer centenario. Y, por ello, indicó: “Solo el primer año de la Prelatura hubo aquí un sacerdote diocesano al frente. Luego llegaron los Agustinos Recoletos. En estos 98 años no ha prosperado ninguna vocación originaria de la región. Hubo algunas vocaciones para la vida religiosa, pero no están ahora en la Prelatura. Las ordenaciones que hubo hasta ahora fueron de miembros de las familias religiosas que están al servicio de sus Órdenes y Congregaciones. También ha habido alguna ordenación para la Prelatura, pero en ese caso las personas no eran originarias de aquí, como en el caso del padre Éder Carvalho, que ahora está en la Parroquia de Foz de Tapauá. Thiago es de Canutama, el cuarto municipio en número de habitantes pero, al mismo tiempo, el más antiguo de la Prelatura. Su ordenación es para todos una gran esperanza dentro de este Año vocacional que celebra la Iglesia en Brasil, porque significa que la Evangelización está dando sus frutos. Hubo varios intentos y candidatos, pero Thiago es el primero que ha llegado hasta el final. Por eso es para mí una gran alegría y una enorme satisfacción. Estoy a punto de completar siete años como obispo y he acompañado su formación desde que era aspirante, así como su formación en el seminario interdiocesano de Porto Velho, donde ha estudiado la Filosofía y la Teología”.
Thiago comenzó siendo monaguillo y participó también en grupos de liturgia y de Infancia misionera. A los nueve años ya participaba de la pastoral vocacional y llegó a ser vicecoordinador de la Comunidad de Base de San Pedro de Canutama. Estuvo en acompañamiento vocacional con el padre Éder hasta que este se dirigió durante unos años a misionar en África. Entonces estuvo a punto de dejar la experiencia, pero se le invitó al seminario propedéutico de Lábrea en el año 2015. Desde allí, siguió para el seminario de Porto Velho, Rondônia. “Soy el primer diácono nativo de la región, conozco esta realidad muy bien y consigo hablar la lengua del pueblo, lo que me ayuda mucho en el proceso pastoral, en la evangelización. Espero poder abrir muchas puertas para nuevas vocaciones”.