África tiene voz, pero no se oye
- On 21 de noviembre de 2022
OMPRESS-MADRID (21-11-22) El Papa recibía este sábado a “Medici con l’Africa – CUAMM” la mayor organización médica italiana de ayuda a África, que ha trabajado y trabaja colaborando, como decía el Pontífice “con las Iglesias locales y con las instituciones de los países” en los que opera. Esta fundación, nacida en Padua, con el nombre de “Collegio universitario aspiranti medici missionari”, de ahí el CUAMM, comenzó siendo un colegio que hospedaba a jóvenes africanos que estudiaban medicina. Desde aquel año más de 2.000 médicos, enfermeros y técnicos han prestado servicio en países del África subsahariana durante un periodo medio de tres años. Además se ha formado a 1.200 estudiantes, 300 de ellos no italianos.
Por eso, el Papa Francisco subrayaba en su intervención ante un numeroso grupo de representantes de esta organización, que el estilo de estos médicos misioneros era “estar con África, antes incluso de estar por África”. En países muy pobres y frágiles, el Señor, añadía, “os envía a ser buenos samaritanos, testigos de su Evangelio. No tengáis miedo a afrontar desafíos difíciles, a intervenir en lugares remotos marcados por la violencia, donde las poblaciones no tienen posibilidad de ser atendidas. ¡Estad con ellos! Aunque se necesiten años de fatigas, aunque haya decepciones fracasos para lograr resultados, no os desaniméis”. Y les animaba a seguir trabajando junto a las congregaciones religiosas misioneras, generosamente comprometidas en el sector de la salud en África. Trabajad juntos uniendo fuerzas, poniendo a disposición vuestra experiencia y competencias, apoyando la innovación social inspirada en el Evangelio, explorando también nuevas formas de financiación de los servicios de salud dirigidos a los más pobres”.
Mostraba el Papa su preocupación porque “África está retrocediendo y la pobreza está empeorando. Los precios de los alimentos están aumentando en todas partes, lo que provoca hambre y desnutrición; el transporte sanitario está bloqueado por el excesivo coste del combustible; los medicamentos y los suministros médicos escasean en todas partes. Es una ‘guerra’ oculta, de la que nadie habla y que no parece existir y que en cambio impacta muy duramente, sobre todo en los más pobres. Que el Señor os ayude a atravesar esta ‘noche’ con valentía, con el corazón vuelto hacia la aurora, que iluminará esos pequeños brotes de esperanza que ya vislumbramos y de los que vosotros mismos sois testigos. Os agradezco por hablar sobre lo que está viviendo África; porque sacáis a la luz el sufrimiento oculto y silencioso de los pobres que encontráis en vuestro compromiso diario. Y os insto a seguir dándole voz a África, dándole espacio para que pueda expresarse: África tiene voz, pero no se oye; debéis abrir posibilidades para que se oiga la voz de África; seguid dando voz a lo que no se ve, a sus esfuerzos y a sus esperanzas, para mover la conciencia de un mundo que a veces está demasiado centrado en sí mismo y demasiado poco en el otro”.
Terminó su intervención recordando a una misionera que se encontró en su visita a la República Centroafricana, que había pasado cincuenta años como obstetra. “Una vida escondida para dar vida. Quiero dejaros solo esta fotografía. Pensemos en los muchos hombres y mujeres que, como esta hermana, han pasado su vida en África ayudando a los africanos a crecer. ¡Adelante, sed valiente con estos pioneros que tenemos ante nosotros!”.