Rosario Misionero: los cinco continentes a través de los ojos de María

  • On 31 de mayo de 2022

OMPRESS-MADRID (31-05-22) Inspirándose en la nueva beata Pauline Jaricot, la fundadora de la Obra de la Propagación de la Fe, el Domund, desde las Obras Misionales Pontificias se propone durante todo el año el rezo diario del Rosario Misionero, una práctica que busca abrazar el mundo con el calor de la oración. Además el Papa pone esta tarde en manos de María la paz de este mundo que los hombres volvemos tan hostil.

Hoy, fiesta litúrgica de la Visitación de la Santísima Virgen María, el Papa Francisco, en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, rezará el Rosario por la paz, en conexión con numerosos Santuarios de muchos países: “Invito a los fieles, a las familias y a las comunidades a unirse a esta invocación, para obtener de Dios, por intercesión de la Reina de la Paz, el don que el mundo espera”.

Por esta intención y para tener presentes a nuestros hermanos de todo el mundo de una manera sencilla pero llena de amor es por lo que desde las Obras Misionales Pontificias se impulsa el Rosario Misionero. Los rosarios misioneros tienen cada misterio de un color, que representa a cada continente: verde para África, rojo para América, blanco para Europa, azul para Oceanía, amarillo para Asia. Así el color ayuda a ofrecer cada misterio por un continente. De esta manera sencilla nos unimos también al Papa, el primer misionero, participando con él en la tarea de la misión universal.

Este impulso del rosario se remonta a los orígenes de las Obras Misionales Pontificias. La recién beatificada Pauline Jaricot fue también la fundadora del Rosario Viviente. Si con solo 23 años en 1822 fundaba el Domund, cuatro años después, en 1826, ya estaba en marcha su nueva iniciativa, el Rosario Viviente. El rosario había sido una de las prácticas de piedad más atacadas y denostadas por el anticlericalismo que siguió a la Revolución Francesa, con quemas públicas de rosarios. Pauline reviviría su rezo con esta iniciativa. Convencida que la oración es el fundamento de la misión de la Iglesia – la primera Obra Misional, como dice el Papa Francisco –comenzó organizando a sus amigos y colaboradores en grupos de 15 personas, según el número de los Misterios del Rosario en aquella época. Luego le pidió a cada miembro que se comprometiera a rezar una década del Rosario diariamente y meditar en un Misterio al día, durante un mes entero. De esta forma, se recitaba diariamente todo el Rosario y cada grupo meditaba los 15 Misterios. Así con solo el rezo de un misterio diariamente y el apoyo de un grupo se logró revitalizar esta oración mariana. La iniciativa del Rosario Viviente tuvo tanto éxito que después de la muerte de Paulina en 1862, había más de 150,000 grupos, con 2.250.000 miembros solo en Francia. Hoy en día, el Rosario Viviente aún se practica en muchas partes del mundo y los grupos de 15 se han ampliado a grupos de 20 al incluir los nuevos misterios luminosos, establecidos por el Santo Padre Juan Pablo II.

 

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