El arzobispo de Oviedo en la misión diocesana en Benín
- On 4 de febrero de 2019
OMPRESS-BENÍN (4-02-19) El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, acaba de iniciar una visita a la misión que la diócesis tiene encomendada en Benín. Las impresiones de este viaje Mons. Sanz las está plasmando en el blog http://asturiasenbenin.blogspot.com. Se trata de la tercera vez que el arzobispo visita la misión diocesana, tras las visitas de 2012 y 2014. Durante los más de treinta años de presencia en Benín, la diócesis ha llevado a cabo una intensa labor pastoral, social y educativa. Se han levantado nuevas iglesias y capillas, pero también se ha trabajado, junto con las dos comunidades de religiosas y de frailes asentados en la zona. Se ha colaborado también con la labor de los catequistas locales, en la promoción de la mujer, en la educación –creando nuevas escuelas y sosteniendo el internado que acoge a unos 60 jóvenes– y en el ámbito de la sanidad, construyendo dispensarios y pozos. En los últimos años los diáconos asturianos recién ordenados acuden una temporada para conocer la misión y compartir su fe con sus hermanos de África.
La presencia de la Iglesia de Oviedo en Benín comenzó hace algo más de treinta años. Varios equipos de misioneros asturianos han pasado, desde entonces, por Bembereké, la parroquia y centro de la misión hasta el pasado 2018 (diócesis de N’Dali). Es un territorio de unos 20.000 habitantes. Hace tan sólo unos meses, la misión se ha trasladado a 25 km al norte del país, en una zona llamada Gamia, a petición del obispo de N’Dali, Mons. Martin Adjou Moumouni. Actualmente, permanecen allí los sacerdotes asturianos Antonio Herrero y César Borbolla.
Como cuenta Mons. Sanz en su blog: “Tenemos dos misioneros sacerdotes ahora en Gamia. Los dos extraordinarios, realmente. Estamos comenzando en esta parroquia que fue propiamente creada el 8 de septiembre de 2018, festividad de Nuestra Señora de Covadonga. Desde Asturias apoyamos, animamos y en parte subvencionamos todo el costo humano, eclesial y económico que supone trabajar pastoral y ministerialmente aquí. Pero no es la generosidad única de dos misioneros, o de una delegación diocesana de misiones, o de un obispo, o de unas parroquias o personas especialmente sensibilizadas, sino que es la suma de todas estas voluntades, de tantas aportaciones de diversa índole: oraciones, sensibilización, ayuda económica, voluntariados, y un precioso y largo etc. Es lo hermoso y debería ser lo realmente cierto: una entera diócesis que sale al encuentro misionero de una diócesis hermana”.