Sábado Santo
- On 20 de marzo de 2024
Padre nuestro, que estás en el cielo, no nos dejes caer en la tentación
Señor, el maligno me conoce muy bien y sabe, como yo, lo débil que soy. Por eso, cuando veo mi pecado, mi pobreza, mi limitación, me tienta con el desánimo, con la tristeza… ¡No me dejes caer en ello! Ayúdame a vivir con la esperanza de encontrarme contigo, como aquellas mujeres que te llevaron aromas al lugar donde te enterraron. Que el dolor no me impida ver que Tú eres Señor y Rey, que mis pobrezas no cierren mi corazón a la esperanza de tu victoria. Señor, que nunca me olvide de compartir esta esperanza con mis hermanos, con aquellos que, como yo, tienen miedo a caer en la tentación, pero confían, como yo, en que Tú eres Padre nuestro.
Señor, dame la entereza y la fortaleza de María. Ya no es solo María, tu Madre; es María, mi Madre, nuestra Madre… Que Ella me enseñe a mantenerme en pie cuando todo a mi alrededor parece derrumbarse. Que Ella me mire con ternura cuando vea que mi fe, mi esperanza, ¡mi amor! se tambalean. Y que Ella me ayude a no olvidar nunca que hay hermanos míos que caminan junto a mí sin fuerza, sin alegría, sin fe, sin esperanza; y que sienta en mi corazón la urgencia de acercarlos a Ti, Padre nuestro.