Vocaciones sacerdotales bajo la mirada de la Santa de Lisieux
- On 12 de noviembre de 2024
OMPRESS-INDIA (12-11-24) En muchos lugares del mundo, seminarios dedicados a la patrona de las Misiones, Santa Teresa del Niño Jesús, acogen a jóvenes que disciernen si Dios les llama a la vocación sacerdotal, para ser los sacerdotes del mañana. El seminario menor de la diócesis india de Srikakulam es uno de ellos.
Este seminario acaba de agradecer a las Obras Misionales Pontificias de España los 3.000 dólares que gracias al apoyo de los fieles españoles a la campaña de Vocaciones Nativas se les han hecho llegar. El seminario abrió sus puertas hace menos de cuatro años. La diócesis de Srikakulam está enclavada en Andhra Pradesh, en la costa sureste de la India, en una zona con un número considerable de tribus originarias, por eso la gente habla sobre todo telugu y oriya. En la actualidad la diócesis cuenta con 104 religiosas y 56 sacerdotes, y los católicos apenas son el 2,2 por ciento de la población. Abrir un seminario menor había sido un sueño de la diócesis de Srikakulam desde que esta se creara en 1993, pero la falta de medios y de clero lo hacía muy difícil. Así que cuando el sueño se hizo realidad fue una alegría para toda la comunidad cristiana. Además, desde el primer momento pensaron en dar el nombre de Santa Teresa al nuevo semillero de vocaciones, para que la veintena de seminaristas sintieran su inspiración.
Son muchos los seminarios dedicados a la santa carmelita de Lisieux. En Madagascar está el seminario de Antananarivo que acoge a 178 seminaristas, pero hay otros tres más, en Miarinarivo, Port-Bergé y Tolagnaro. En Costa de Marfil, está el Seminario de Ste Thérèse de l’Enfant Jesus de Daloa. En Tanzania St. Therese of The Child Jesus Seminary, en Kahama. En Benín, el de Douogou. En Ghana, el de Cape Coast. En Nigeria, el seminario de Ibadán. En el Congo, el de Kisangani. En Mozambique, está el seminario de S. Teresa do Menino Jesus en Xai-Xai. Y en Asia, por citar otros tres más, aparte del de Srikakulam, está el de Savannkhet, en Laos; el de Ajmer, en la India, y el de Taunggyi, en Myanmar.
Santa Teresa del Niño Jesús, en Historia de un Alma, su diario espiritual, que recogía su experiencia interior, explicaba cómo descubrió que uno de los ejes principales del Carmelo reformado por Santa Teresa de Ávila era la oración por los sacerdotes. Una inspiración que se repite en muchos de sus escritos. En uno de ellos recordaba su viaje a Italia, antes de comenzar su vida como carmelita, un viaje que le permitió ver al Papa León XIII y manifestarle su ardiente deseo de hacerse religiosa contemplativa: “Durante un mes viví con muchos santos sacerdotes y vi que, si su sublime dignidad los eleva por encima de los ángeles, no son menos débiles y hombres frágiles… Si los santos sacerdotes a quienes Jesús llama en su Evangelio ‘la sal de la tierra’ muestran en su conducta que tienen extrema necesidad de oración, ¿qué se debe decir de aquellos que son tibios?”. Y añadía: “¡Oh Madre mía! ¡Qué hermosa es la vocación encaminada a conservar la sal destinada a las almas! Esta vocación es la del Carmelo, ya que el único fin de nuestras oraciones y nuestros sacrificios es ser apóstol de los apóstoles, orando por ellos mientras evangelizan las almas con su palabra y especialmente con su ejemplo… Tengo que parar; ¡Si siguiera hablando de este tema no terminaría!”.