Una religiosa misionera, al frente de un dicasterio vaticano

  • On 7 de enero de 2025

OMPRESS-MADRID (7-01-25) La hermana Simona Brambilla es la primera mujer en ser nombrada para dirigir un dicasterio vaticano. Por nombramiento del Papa Francisco, esta religiosa de las Misioneras de la Consolata dirigirá el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

La hermana Brambilla, que cumplirá 60 años el próximo 27 de marzo, ha sido superiora general de las Misioneras de la Consolata, y había sido nombrada secretaria del dicasterio, que ahora dirigirá, en octubre de 2023. Nacida en Monza, esta misionera de la Consolata se licenció en Enfermería en 1986 y trabajó en el hospital Leopoldo Mandic de Merate. Ingresó en el Instituto de las Misioneras de la Consolata en 1988 e hizo su primera profesión religiosa en 1991. Obtuvo la licencia en Psicología en el Instituto de Psicología de la Pontificia Universidad Gregoriana en 1998. En 1999, tras su profesión perpetua, fue responsable de la pastoral juvenil en el centro de estudios Macua Xirima en Maua, Mozambique. Enseñó de 2002 a 2006 en el Instituto de Psicología de la Gregoriana, doctorándose en Psicología en 2008, con una tesis sobre la evangelización y la inculturación en Mozambique.

Después de haber sido consejera general de su Instituto de 2005 a 2011, fue elegida Superiora general para un mandato de seis años el 7 de junio de 2011, siendo confirmada en 2017 para un segundo mandato, que finalizó en mayo de 2023. El 8 de julio de 2019 el Papa Francisco la nombró miembro del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. En 2023 participó en el Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad. El 7 de octubre de 2023 fue nombrada por el Papa Francisco Secretaria del dicasterio.

Hace poco, en una entrevista para el periódico italiano Avvenire, decía, sobre la presencia de mujeres en altos cargos de la Curia Romana, que esta opción del Santo Padre “encuentra su lugar en un camino eclesial cada vez más sinodal, abierto, inclusivo, dialógico, evangélico. Son verdaderamente numerosas las intervenciones del Papa Francisco sobre las mujeres. Me llamaron especialmente la atención las palabras del Pontífice en la homilía del 1 de enero de 2024, solemnidad de María, Santísima Madre de Dios y Jornada Mundial de la Paz”. En aquella ocasión el Papa Francisco decía: “La Iglesia necesita de María para redescubrir su propio rostro femenino, para asemejarse más a ella que, como mujer, Virgen y Madre, representa su modelo y su figura perfecta; para dar espacio a las mujeres y para ser generativa a través de una pastoral hecha de cuidado y solicitud, de paciencia y valentía materna. También el mundo necesita mirar a las madres y a las mujeres para encontrar la paz, para escapar de las espirales de violencia y odio, y volver a tener miradas humanas y corazones que ven. Y toda sociedad necesita acoger el don de la mujer, de cada mujer: respetarla, cuidarla, valorarla, sabiendo que quien lastima a una mujer profana a Dios, nacido de mujer”.

La hermana Simona Brambilla añadía: “Creo verdaderamente que la paz, para germinar, crecer y madurar en el corazón de cada persona, entre nosotros, entre los pueblos, en el mundo, en la creación, necesita la fertilidad de un suelo primordial: el suelo sano, bueno, confiado, respetuoso. Relación, reverente, tierna y vital entre el hombre y la mujer. Un poco como debió ser en el principio de los tiempos, en aquel jardín en el que a Dios le encantaba caminar con la brisa del día, buscando al hombre y a la mujer, su imagen bendita”.

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