Una misionera malagueña desde el Congo
- On 1 de febrero de 2023
OMPRESS-REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (1-02-23) La diócesis de Málaga se ha puesto en contacto con la misionera Pilar Delgado, natural de la misma, que llegó al Congo en 1972. Desde Bukavu, en la castigada zona este, la hermana expresa su deseo de que la visita del Papa traiga la paz.
Pilar Delgado, natural de Málaga, es Misionera de Nuestra Señora de África (Hermana Blanca) y llegó a Congo en 1972, donde ha permanecido desde entonces (salvo un periodo de 5 años en Burkina faso). Desde allí explica a los medios de la Diócesis de Málaga cómo ha seguido la llegada del Papa a Congo, junto a su comunidad, a través de la televisión. Ella vive en Bukavu, a la orilla suroeste del lago Kivu, y capital de la provincia de Kivu del Sur, la zona del país donde se concentra ahora mismo el rostro más amargo de la guerra. Hasta allí no viajará Francisco, ya que milicias muy violentas combaten entre sí en esa región para apropiarse de las minas de coltán. La violencia y las agresiones a civiles, especialmente mujeres, son el pan de cada día. Es, además, el epicentro del último brote de ébola acontecido en la República Democrática del Congo, y el lugar donde más de 120 grupos rebeldes actúan impunemente.
Pilar empezó a trabajar con los refugiados de Burundi, con los niños, niñas y jóvenes en la calle, con las mujeres maltratadas y víctimas de violencia sexual y en la cárcel de Bukavu. “Me siento feliz. Estas personas me han enseñado el amor de Dios para todos. No me cambio por nadie a pesar de mis 75 años. A mis queridos malagueños os pido que recéis mucho por la paz en nuestro país”.
“Toda la ciudad de Bukavu está viendo la televisión. Un grupo de obispos, curas, monjas y laicos nos representa en Kinshasa”, explica la misionera malagueña. El viaje del Papa lo lleva a estar cuatro días en la capital del país antes de poner rumbo a Sudán del Sur, donde permanecerá durante tres días. Para ella, como para aquellos con quienes comparte la vida, “es una gran alegría la que vivimos. Nuestro gran deseo es que el Papa nos traiga la paz, pues estamos casados de ver tanta gente morir. El regalo de esta visita será la paz”, concluye.