Una médica misionera, entre el sida y el hambre
- On 14 de noviembre de 2023
OMPRESS-ZIMBABUE (14-11-23) Julia Musariri es una misionera laica zimbabuense. Cirujana, estudió en la Universidad de Tor Vergata, a las afueras de Roma, y es directora sanitaria del Hospital St. Albert’s Mission en Centenary, Zimbabue, un país en potencia riquísimo, pero en el que la gente no tiene mucho con lo que vivir.
Entrevistada por la revista de las Obras Misionales Pontificias de Italia, Popoli e Missione, Julia cuenta cómo se vive en el norte de Zimbabue, a unos 50 kilómetros de la frontera con Mozambique. Se trata de una región atravesada por dos caudalosos ríos, el Zambeze y el Limpopo, con las cataratas Victoria, una zona rica en parques y bosques tropicales, hogar de antílopes, búfalos y elefantes. “Podríamos ser un país desarrollado si lográramos utilizar los depósitos de platino, oro, cromo y diamantes para crear riqueza interna. Zimbabue es mi tierra natal, donde he nacido, ¡creo que es extraordinariamente hermosa! Pero todavía estamos luchando contra la malaria, el Sida y la desnutrición infantil”. Trabaja en un hospital público y privado, “pero a los más pobres no les cuesta nada: gracias a los subsidios gubernamentales compramos medicamentos; gracias a los misioneros hacemos todo lo demás”.
Julia forma parte de una comunidad de vida apostólica al servicio de la Iglesia misionera: la Asociación Sanitaria Internacional. “Aquí la maternidad siempre está llena: cientos de partos y madres embarazadas que llegan con sus hijos pequeños y también vienen a pedirnos comida. Hacemos donaciones, distribuimos alimentos energéticos”, cuenta esta doctora. ¿Cómo es posible necesitar alimentos en el país más verde del sur de África? ¿Qué no funciona en la cadena productiva? En los alrededores del pueblo de Centenary, donde se encuentra el hospital St. Albert, a 1.500 metros sobre el nivel del mar, dominan los platanales y los campos de cebollas. La gente vive de la agricultura y del pequeño comercio: “durante la estación lluviosa –explica Julia– cultivan la tierra, y en la estación seca van al mercado a llevar tomates y cebollas, pero la estación húmeda tiende a acortarse”.
El clima, las enfermedades, la pobreza… Los cambios climáticos también afectan aquí y las paradojas se están convirtiendo en la norma: por un lado, la temporada de lluvias es cada vez menos lluviosa, por otro, existe el riesgo de inundaciones. Un centro de salud esencialmente gratuito, en medio del campo y la sabana, accesible desde las aldeas vecinas y capaz de tratar el VIH y el SIDA, es el más preciado de los diamantes. Y no tiene igual. Erase una vez el Zimbabue inglés, donde se estableció el apartheid en 1946, al igual que la vecina Sudáfrica, “era famoso por sus plantaciones de tabaco. Hoy vivimos de la agricultura familiar y la gente suele pasar hambre”, explica Julia. Si los agricultores no pueden producir lo suficiente o no venden todo lo que han recolectado, no hay alimentos. Y la misión es el único faro.