OMPRESS-MARRUECOS (28-06-23) A la Delegación de Misiones de Cádiz y Ceuta llegó una petición de ayuda de Manuel Cánovas García, misionero de la Orden de la Santísima Trinidad, Padres Trinitarios, párroco “in solidum” en la Parroquia de san José en AlHoceima, Marruecos. Actualmente, Manuel, también es el Vicario General de la Archidiócesis de Tánger. Se trata de un misionero nacido en Algeciras, en la diócesis de Cádiz y Ceuta, con el que la delegación ha mantenido continua relación y este verano se desarrollará precisamente en la misión de AlHoceima la actividad de “Periferias misioneras”. El Obispo de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza, ha aprobado una ayuda de seis mil euros para esta misión en AlHoceima, Marruecos.

La comunidad de Padres Trinitarios llegó a la ciudad de AlHoceima en agosto de 2018 después de una larga andadura de los padres franciscanos en el lugar, según ellos mismos explican. Las necesidades han cambiado desde el origen de la presencia cristiana en la zona, y los proyectos emprendidos por la nueva comunidad al servicio de la parroquia, los migrantes y la población local, ocupan más espacios de los que en un principio se habían pensado para esta realidad eclesial: la iglesia y las dependencias – casa para los religiosos – son del año 1927. Los espacios disponibles no responden a las actividades que se realizan ya que la casa de los religiosos y las actividades pastorales y sociales se encuentran mezcladas y algunos espacios privados están ocupados por el servicio apostólico.

Se ha pedido ayuda a la Delegación de Misiones de Cádiz y Ceuta para un proyecto que prevé la construcción de algunos ambientes nuevos, y que todos los espacios que la comunidad religiosa ocupa queden a disposición de las actividades pastorales y sociales. Además de ello, es necesario también, y por lo anterior, la construcción de otras dependencias donde la comunidad religiosa pueda desarrollar su vida fraterna regularmente, además de poder acoger a visitantes y voluntarios. Posteriormente habrá que adquirir el mobiliario necesario para el desarrollo de las actividades con la comunidad parroquial (estudiantes y profesores del Colegio español) y las obras sociales.

La comunidad cristiana se encuentra en clara minoría dentro del ambiente musulmán que domina todo Marruecos, por lo que parroquia es el lugar natural de encuentro de los cristianos, en especial de los estudiantes y migrantes subsaharianos sin ningún tipo de arraigo en la zona. Aún así, la Parroquia de san José de AlHoceima lleva a cabo diversas actividades. La primera es, lógicamente, la atención pastoral a la comunidad cristiana. También es sede de una “sucursal” de la Delegación Diocesana de Migraciones de la Archidiócesis de Tánger donde se atiende las necesidades básicas de los migrantes en movilidad por el Norte de Marruecos. También lleva adelante el proyecto “Ana bi nafsi” (Yo por mí misma) para un grupo de mujeres rifeñas donde forman grupo, se imparten Talleres de costura y Artesanía y otro tipo de talleres transversales. Se cuenta además con el Centro cultural “San José” de apoyo escolar a un grupo de niños y niñas rifeños. Otro proyecto, “Chabab Al Mostakbal” va dirigido a jóvenes vulnerables de la provincia de AlHoceima donde pueden recibir formación en materias transversales para promover el auto emprendimiento y la búsqueda de empleo, en red con instituciones públicas y privadas de la zona. Y es que AlHoceima es una ciudad del norte de Marruecos, enclavada en zona de monte y marítima, donde la mayor parte de la población posee escasos recursos económicos y materiales, las necesidades más urgentes pueden estar paliadas por los trabajillos que realizan a lo largo del año y por el dinero procedente de las familias que han emigrado a Europa y que les remiten dinero procedente de sus ahorros. Uno de los principales problemas es el paro, especialmente en los ambientes juveniles. Por eso, los proyectos van dirigidos a los colectivos más necesitados de ayudas.

En cuanto a la misión, explican los Padres Trinitarios, “es un anuncio menos explícito pero que no deja de mostrar a personas de un credo distinto los valores del Evangelio, lejos de cualquier tipo de proselitismo. Podríamos decir que nos movemos en el anuncio del evangelio del amor, mostrando a los musulmanes al ‘Cristo, amigo de la humanidad’, como nos señalaba el papa Francisco en su visita a Rabat en 2019”.