Un vicariato misionero en el Amazonas con 680 pequeñas comunidades
- On 27 de mayo de 2024
OMPRESS-BADAJOZ (27-05-24) El, obispo del Vicariato de San José del Amazonas, en Perú, el misionero Mons. Javier Travieso, natural de Don Benito, ha visitado su tierra natal y ha sido entrevistado para los medios de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz. Ha hablado del vicariato que le ha encomendado el Santo Padre y de la labor pastoral en él.
El Vicariato de San José tiene una superficie de 155.000 km2, casi 1/3 de España, está dividido en 16 puestos de misión, cuenta este obispo claretiano: “Con 180.000 habitantes, aquello es selva boscosa inmensa, atravesada por ríos. Hay pocos habitantes en pequeñas aldeas, con algunos pueblitos un poquito mayores que son los centros de misión o puestos de misión. En total son unas 680 pequeñas comunidades que hay que atender desde esos 16 centros de misión en la medida de lo posible y esa medida es relativa porque nos faltan muchísimos misioneros. Tienen que ir en barcas pequeñas o en barcazas más grandes cuando van con mercancías”.
Hay comunidades que se visitan una vez al año, “porque es tan extenso y tan intrincado… Hay cantidad de riachuelos y de otros afluentes de las cuatro grandes cuencas del Putumayo, del Mayo, del Amazonas mismo, del Yabarí, que no nos da para poder visitar todo”, cuenta Mons. Travieso. En cuanto al personal misionero los “sacerdotes son doce; ni siquiera hay uno por puesto de misión. Laicos son trece, algunos encargados de parroquias y comunidades y muy bien apreciados y haciéndolo muy bien, y religiosas tenemos algunas comunidades. En total contamos con misioneros de 10 países”.
Del seminario cuenta que “todavía somos pocos. Tenemos un seminario para las ocho vicarias apostólicas con dos sedes: una inicial para los que comienzan, llamada propedéutico, y luego otro con los estudiantes de Filosofía y teología. Cada uno de ellos tienen ocho o nueve seminaristas. De nuestro Vicariato en concreto, dos seminaristas. Necesitamos lógicamente muchos más. Es otra de las tareas que tenemos que hacer: la misión y la promoción de las vocaciones”, explica el misionero pacense.
Sobre los proyectos explica que llevan adelante todo lo que pueden desarrollar, “intentando, como todos en la Iglesia, aquí y en cualquier parte del mundo, hacer lo que Nuestro Señor quiere. El encuentro con Él significa abrirnos al ir y venir de cada día con la gente en aquello que es parte de su vida y de su necesidad. Tenemos escuelas en la medida de lo posible para orientarlos conforme a lo que es la fe de la Iglesia, los valores que deben tener los chicos, asistimos a las clases de religión en los distintos pueblitos o aldeítas, en los colegios que hay, muy deficitarios desde muchos puntos de vista. Los que estamos tenemos que hacer un poco de todo porque no quieren ir maestros a la selva, no quieren ir médicos a la selva, no quieren ir cristianos a la selva. No estoy quejándome quiero decir que por todas esas dificultades y deficiencias también por parte de lo que es el Estado peruano, que no alcanza, tenemos que ir haciendo de todo lo que se puede: curar, sanar, educar y estar con la gente en aquello que se necesita. La labor ya sabemos cuál es: el encuentro con el Señor de muchas formas y hacer posible una vida digna, plena, verdadera, en comunión con Dios y con los demás, con las posibilidades que están en nuestras manos. Necesitamos como digo, misioneros y apoyos económicos. Vosotros nos los ofrecéis y, de nuevo, muchas gracias”.