Un seminario en las faldas del Kilimanjaro

  • On 20 de abril de 2022

OMPRESS-TANZANIA (20-04-22) En el Seminario de Chanjale, en la pequeña aldea de Kisangara, se está literalmente a los pies de la montaña más alta de África, el Kilimanjaro. En él se forman 284 chicos de hasta 16 años, que, ante Jesús Eucaristía y mediante la oración y una vida de estudios, se plantean la vocación sacerdotal.

Este seminario menor, que pertenece a la diócesis de Same, está en la frontera con Kenia y, desde que abriera sus puertas, allá en 1984, siempre ha contado con el apoyo de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, la Obra que vuelca sus desvelos en las vocaciones de las jóvenes Iglesias de todo el mundo. Así, el año pasado se les hicieron llegar 12.272,73 euros, destinados a manutención y necesidades básicas. También este año se les enviará una ayuda, con lo que se recaude cuando concluya la campaña de Vocaciones Nativas de este próximo 8 de mayo. Una campaña que lleva como lema “¿Para quién soy yo?”, la pregunta que se hacen los chicos del Seminario Chanjale y todo aquel que sienta la inquietud de la vocación.

Los formadores y profesores de este seminario tienen claro su objetivo: educar y formar a estos chicos para que se conviertan en ciudadanos responsables y competentes, y comprometidos a trabajar en beneficio del pueblo de Dios. Y lo hacen a nivel académico y también humano, sin olvidar que el seminario tiene una responsabilidad social de dar ejemplo a la comunidad que lo rodea. Así se plantan árboles y se mantiene una granja y tierras de cultivo que ayudan a mejorar la alimentación del seminario. Todo sin olvidar a las pequeñas comunidades cristianas, para que los seminaristas vivan con la gente, participando en la liturgia dominical, colaborando con las actividades pastorales y caritativas de estas comunidades, como visitar a los enfermos.

Se les enseña a observar la liturgia de las horas, que les acompañará en su vida sacerdotal, a vivir la liturgia y estar cerca cada día de Jesús Eucarística. “La idea”, dicen desde el seminario, “es orientarles a que escuchen a Jesús, nuestro principal y verdadero Maestro”.

 

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