Un año jubilar en honor de Santo Toribio de Mogrovejo

  • On 27 de junio de 2025

OMPRESS-PERÚ (27-06-25) La Iglesia peruana celebrará un jubileo para conmemorar los 300 años de la canonización de Santo Toribio de Mogrovejo, considerado el misionero más importante y que mayor huella dejó de los muchos que llegaron a Perú. El misionero, nacido en Mayorga, Valladolid, es patrono del episcopado hispanoamericano.

El jubileo se inaugurará con una gran misa al aire libre el 13 de diciembre de 2025 en Zaña, donde se espera la participación de más de 15.000 fieles. Fue en esta localidad a la orilla del Pacífico donde falleció Toribio. El año jubilar se prolongará hasta diciembre de 2026.

Toribio de Mogrovejo dejó su carrera de jurista, era doctor en Derecho y juez, para dedicar su vida a Dios. Fue entonces cuando Felipe II lo propuso al Papa para que fuera el arzobispo de Lima, una archidiócesis que en aquella época abarcaba gran parte de Perú. Al santo le costó aceptar su nombramiento. Su excelente formación como teólogo y jurista se unió a su ardiente espíritu misionero, lo convirtieron en una figura fundamental en la historia de la evangelización del entonces Nuevo Mundo y en un gran defensor de los pueblos indígenas.

Comenzó por aprender el quechua para hablar con sus fieles en su misma lengua. No se arredró ante el inmenso problema que planteaban las distancias entre las comunidades, las montañas y los caminos inaccesibles. Aun hoy en lugares de la sierra peruana, que aún hoy constituyen destinos difíciles, se pueden encontrar inscripciones de que Santo Toribio estuvo allí. Montado en su mula, recorrió más de 40.000 kilómetros durante sus visitas pastorales, teniendo contacto directo con sacerdotes y fieles. Viajes misioneros en los que enseñaba la fe, administraba los sacramentos, catequizaba de modo sencillo y devoto y defendía con el derecho a los indígenas americanos.

A pesar de la lejanía de Europa, no fue por ello menos fiel en la aplicación de las resoluciones del Concilio de Trento. Todo ello sumando a todos los miembros de su gran diócesis, para lo que convocó nada menos que 3 concilios provinciales y 13 sínodos diocesanos, que dieron sus frutos. Del Tercer Concilio de Lima nació el catecismo trilingüe: en quechua, aymara y español. Fundó innumerables escuelas, estableció nuevas parroquias y consolidó las existentes y fundó el primer seminario de América que lleva su nombre y sigue formando sacerdotes. Fue canonizado en 1726 por el Papa Benedicto XIII. El Papa Juan Pablo II lo nombró patrono de los obispos hispanoamericanos.

En su honor cada año desde el 2002 la Conferencia Episcopal Peruana entrega las Medallas de Santo Toribio de Mogrovejo, que reconoce los servicios prestados a la Iglesia y a la evangelización en tierras peruanas, siguiendo el camino de este gran misionero.

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