OMPRESS-REPÚBLICA CENTROAFRICANA (19-11-18) Ayer, el Papa Francisco, durante el rezo del Ángelus, mostraba su tristeza por los asesinatos que tuvieron lugar el jueves pasado frente a la catedral de la población centroafricana de Alindao: “Con dolor he sabido la noticia de la masacre ocurrida hace dos días en un campo de refugiados en la República Centroafricana, en la que han sido asesinados también dos sacerdotes. A este pueblo, tan querido por mí, donde abrí la primera Puerta Santa del Año de la Misericordia, expreso toda mi cercanía y mi amor. Recemos por los muertos y los heridos y para que cese la violencia en aquel amado país que tanta necesidad tiene de paz. Recemos juntos a la Virgen…”.

Según informaba la Santa Sede, delante de la Catedral de Alindao – en el sur del país, cerca de la frontera con el Congo – se encontraba un campo de refugiados, con más de 20.000 personas, que ha sido atacado por la UPC (Unidad por la Paz en Centroáfrica). El resultado 40 muertos. Es la respuesta de este grupo armado al asesinato de un musulmán a manos de los Anti-balaka. Según la información vaticana, han sido asesinados dos sacerdotes y varios refugiados han sido “quemados vivos”, durante el ataque. La Iglesia de Alindao y una parte el campo de refugiados establecido por la diócesis han sido incendiados.

La República Centroafricana vive, desde 2013, enfrentamientos, violencia y asesinatos, tras la caída del presidente François Bozizé, empujado por varios grupos reunidos en la designada Seleka (coalición, en la lengua local), lo que suscitó la oposición de otras milicias, los llamados Anti-balaka.