Tres santos con un admirable impulso misionero

  • On 2 de junio de 2025

OMPRESS-ROMA (2-06-25) El Papa León XIV enviaba un mensaje a los obispos de Francia con motivo del centenario de la canonización de tres grandes santos que Francia ha dado a la Iglesia universal: San Juan Eudes, San Juan María Vianney y Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz.

Los tres fueron canonización por Pío XI quien, al “presentarlos al Pueblo de Dios”, recordaba el Papa, “como maestros a los que escuchar, como modelos a imitar y como poderosos intercesores a los que orar e invocar”. Los unía el que “amaron a Jesús sin reservas, de modo sencillo, fuerte y auténtico; Experimentaron su bondad y su ternura en una particular cercanía cotidiana y la testimoniaron en un admirable impulso misionero”.

“No podría haber un programa de evangelización y misión más bello y sencillo para vuestro país: hacer que cada persona descubra el amor tierno y predilecto que Jesús tiene por él, hasta el punto de transformar su vida”, les decía a los obispos franceses.

Apuntaba el Papa León XIV que “los santos no aparecen espontáneamente, sino que, por gracia, surgen en el seno de comunidades cristianas vivas que han sabido transmitirles la fe, encender en sus corazones el amor a Jesús y el deseo de seguirlo. Esta herencia cristiana todavía os pertenece, todavía impregna profundamente vuestra cultura y permanece viva en muchos corazones”. Por eso, “¿no podría Santa Teresa ser la Patrona de las misiones en las mismas tierras que la vieron nacer? ¿No podrán San Juan María Vianney y San Juan Eudes hablar a la conciencia de muchos jóvenes de la bondad, de la grandeza y de la fecundidad del sacerdocio, suscitando en ellos un deseo entusiasta y dándoles la valentía de responder generosamente a la llamada, precisamente cuando en vuestras diócesis se siente dolorosamente la falta de vocaciones y los sacerdotes son cada vez más puestos a prueba?”.

San Juan Eudes (1601-1680) fue un sacerdote de la diócesis francesa de Sées. Fundó la Congregación de Jesús y María (Eudistas) y la Orden de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio. Fomentó en gran manera la devoción a los Corazones de Jesús y de María. Gran predicador de misiones populares, enseñaba que el Sagrado Corazón es un horno de Amor Divino. Los que desean unirse a su corazón son purificados, inflamados, y transformados por el Fuego Divino.

San Juan María Vianney (1786-1859), nacido en Lyon, le costó mucho llegar a ser ordenado sacerdote. Finalmente se le confió la Parroquia del pequeño pueblo de Ars, en la diócesis de Belley. Allí su dedicación a la oración, la predicación y la caridad convirtieron el pequeño pueblo en un lugar de peregrinación al que acudir sobre todo para confesarse con el “Santo Cura de Ars”, como comenzó a llamársele. Estuvo muy unido a la beata Pauline Jaricot, la fundadora del Domund.

Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz (1873-1897), patrona de las misiones y copatrona de Francia, Teresa Martin, carmelita fallecida de tuberculosis a los 24 años. Su intensa vida espiritual en el Carmelo se reflejó en su diario, escrito por orden de sus superioras, que se publicó bajo el título “Historia de un alma”. Con sencillez se presenta como uno de los pequeños del Evangelio que se deja guiar por Dios en las profundidades de su misterio. Es doctora de la Iglesia.

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