Temor a la pandemia en Guinea-Conakry

  • On 7 de mayo de 2020

OMPRESS-GUINEA-CONAKRY (7-05-20) Missio Suisse – las Obras Misionales Pontificias en Suiza – sigue de cerca la situación de la diócesis de N’zérékoré, en Guinea-Conakry, un país marcado por los enfrentamientos políticos y los primeros casos de coronavirus. La situación en Guinea-Conakry es muy preocupante, tanto a nivel sanitario como social. Missio Suisse visitó esta diócesis de Guinea en noviembre de 2019 para preparar la campaña del DOMUND de 2020.

“Pensábamos que el coronavirus estaba lejos, pero ahora está aquí”, cuenta el padre Jean-Marie Guemou, vicario general y director de las escuelas de la diócesis de N’zérékoré, si bien la zona que abarca no ha tenido todavía ningún caso. El nuevo virus preocupa mucho a los guineanos, que recuerdan la epidemia de ébola del 2014 al 2016. Ahora el covid-19 se ha multiplicado rápidamente y ha pasado en pocos días de 12 casos positivos a más de 1.800 y 11 fallecidos.

A esta crisis de sanitaria se suman los disturbios políticos. El régimen actual aprovechó las elecciones para votar por un cambio en la constitución. Estas elecciones, pospuestas varias veces, despertaron la oposición de muchos guineanos, que salieron a las calles. La violencia culminó el 22 de marzo de 2020, día de las elecciones. “Hemos pasado por tiempos muy difíciles en nuestro país, las elecciones legislativas y el referéndum tuvieron lugar en medio de la violencia, también en N’zérékoré. Esta violencia, que duró dos días, dejó tras de sí veintiún muertos y más de cien heridos. La calma volvió y la vida retomó su ritmo normal”, añadía el padre Guemou. Un ritmo que pronto se interrumpió por la llegada del covid-19.

En plena crisis sanitaria, los reproches se dirigieron rápidamente al gobierno, que se había negado a cancelar las elecciones, mientras que en los países vecinos ya estaban cerradas las escuelas y los lugares de culto para evitar aglomeraciones. Al comienzo de la epidemia, ante la falta de reacción del Estado, la Iglesia local tomó la iniciativa. La diócesis de N’zérékoré estableció un programa de concienciación en las escuelas administradas por la Iglesia, además de suministrar material para lavarse las manos y de limpieza. Una vez pasadas las elecciones y ante la rápida expansión del coronavirus, el Estado por fin reaccionó. El gobierno ha cerrado lugares de culto, escuelas y bares. Los residentes deben quedarse en casa entre las nueve de la noche y las seis de la mañana y solo pueden desplazarse con mascarilla. Incluso se impuso un toque de queda en la ciudad de Conakry, la capital del país, donde se encuentra el 95% de los casos de coronavirus. Nadie puede entrar o salir de la ciudad.

Durante su visita del pasado noviembre, Missio Suisse constató que la Iglesia lleva adelante numerosas infraestructuras, como los orfanatos, que deben seguir abiertos a pesar del coronavirus. La Iglesia local, que ha contado siempre con el apoyo año tras año de las Obras Misionales Pontificias, brinda también muchos servicios a la población, que se encuentra indefensa ante la actual crisis sanitaria y tiene miedo, tras la experiencia terrible de la epidemia de Ébola. “Estamos realmente preocupados porque no tenemos las estructuras sanitarias que se necesitan, recen por nosotros”, concluye el sacerdote guineano.

 

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