Rehabilitar y curar en Madagascar
- On 5 de noviembre de 2024
OMPRESS-MADAGASCAR (5-11-24) La revista de las Obras Misionales Pontificias de Italia, Popoli e Missione, publica el testimonio de Enrica Salsi, una misionera de la diócesis italiana de Reggio Emilia, ingeniera de formación, pero a la que la misión y el amor a los demás la han llevado a cuidar enfermos en Madagascar. Allí está desde 2008 y en un vídeo que ha enviado muestra el lugar en el que ha elegido vivir.
“Aquí estamos en la aldea terapéutica de Ambukala, el hospital psiquiátrico estatal de Madagascar: junto con un equipo de voluntarios católicos”, cuenta Enrica. “He firmado un acuerdo de colaboración para estar presente diariamente y colaborar de forma estable con médicos y enfermeras”. Enrica Salsi, nacida en 1976, acabó la carrera de Ingeniería Civil, pero la misión le llevó hasta la gran isla del Océano Índico. Su misión se concentra íntegramente en los dos centros de salud de la región de Manakara, en la costa este de Madagascar, una zona pobre y abandonada. “Colaboramos regularmente con el equipo sanitario del hospital”, explica la misionera. “Prestamos especial atención a los pacientes más pobres, que están solos y no serían acogidos en otros hospitales”. Los medicamentos son muy caros en Madagascar y casi el 80% de los pacientes no podrían recibir tratamiento si no fuera por las ayudas externas, sobre todo de los misioneros. “Establecemos junto con las familias cuál es la cuota mensual que realmente puede pagar cada uno en función de sus ingresos y añadimos el resto”, apunta Enrica. En el centro de rehabilitación Aina en Manakara, “todos los martes se hacen escayolas para niños con pie zambo y es el único en la región para fisioterapia”. Cientos de pacientes llegan desde los pueblos más remotos de Madagascar después de haber sufrido una fractura, un derrame cerebral o un accidente. “Tratamos parálisis cerebral y patologías ortopédicas en niños, pero también diversas lesiones en adultos”.
A pesar de la riqueza de recursos naturales, en Madagascar falta de todo: más del 81% de la población vive por debajo del umbral de pobreza y más del 40% no puede obtener alimentos de forma regular. Por lo tanto, el hospital público de Ambukala no es solo un lugar de hospitalización, sino que se ha convertido también en un oasis de recuperación y de fomento del trabajo. “Hacemos carpintería, costura y bordado para mujeres”, dice Enrica, “además de actividades deportivas”. La idea es dar a los pacientes recuperados la oportunidad de vivir y mantenerse de forma independiente, aprendiendo un oficio.
El vídeo de esta misionera laica es uno de los ochos vídeos que han elaborado las Obras Misionales Pontificias para el pasado Octubre Misionero, y que se han visionado en parroquias y comunidades de toda Italia.