Recordando el legado del fundador de los Padres Blancos

  • On 23 de septiembre de 2025

OMPRESS-KENIA (23-09-25) El pasado sábado tenía lugar en la Universidad Tangaza de Nairobi, Kenia, un simposio sobre la figura del cardenal Charles-Martial-Allemand Lavigerie, fundador de los Misioneros de África, los conocidos Padres Blancos, y las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África. El evento contó además con la colaboración con la Asociación Misionera Laica Lavigerie de Kenia.

La Universidad Tangaza es una institución de propiedad conjunta de 22 Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (ICLSAL), entre ellos los dos institutos fundados por Lavigerie, que encuentra su inspiración en el carisma de estas instituciones, por lo que aspira a ser una universidad que se distinga por su excelencia académica, su orientación al servicio y su compromiso con la transformación social según la Doctrina Social de la Iglesia. De ahí el interés por reflexionar sobre la figura del cardenal un apasionado defensor de la dignidad humana, y de quien este año 2025 se celebra el bicentenario de su nacimiento. La celebración de los 200 años del cardenal Lavigerie se inauguró oficialmente el 31 de octubre de 2024 por las congregaciones misioneras y sus asociados laicos.

El simposio versó precisamente sobre cuatro líneas que impulsó esta gran figura de la Iglesia misionera en el siglo XIX, y que siguen siendo una realidad en la actualidad: la fundación de congregaciones femeninas, la promoción de la mujer, las misiones católicas como espacios de desarrollo integral de la persona, y la misión de la Iglesia entre los musulmanes. En definitiva se trató de un llamamiento, bajo la inspiración y visión del cardenal Lavigerie, a la acción y al compromiso con la transformación espiritual, social y cultural de África.

Nacido en Bayona, en 1825, Charles Lavigerie fue ordenado sacerdote en junio de 1849. Doctor en Teología y en Historia de la Iglesia, dio clases en la Sorbona. Los estudios históricos realizados permitieron al futuro misionero tener un sentido de la historia y de sus perspectivas que le acompañó toda su vida. En 1856, el arzobispo de París encargó al padre Lavigerie que dirigiera la Obra de las Escuelas de Oriente, fundada poco antes para apoyar las obras católicas en Oriente Medio. Con motivo de esta tarea, el padre Charles hizo un viaje de varias semanas a Siria para ayudar a las víctimas de las masacres provocadas por una revuelta kurda. Este viaje marcó profundamente el pensamiento y la visión eclesial de Lavigerie, que mantuvo siempre durante toda su vida un gran interés por los cristianos de Oriente.

Tras dos años pasados en la Santa Sede como auditor del Tribunal de la Rota, Charles Lavigerie fue nombrado a la edad de 38 años obispo de Nancy por el Papa Pío IX. Convertido en el obispo más joven de Francia, emprendió importantes reformas en su diócesis, especialmente en la formación del clero, en su opinión una prioridad para la Iglesia francesa, adquiriendo un prestigio cada vez mayor entre los obispos del país. A finales de 1866, a propuesta del gobierno francés y con el consentimiento de la Santa Sede, se ofreció al obispo Lavigerie la sede episcopal vacante de Argel.

Lavigerie llegó a Argel en mayo de 1867: Argelia estaba entonces bajo dominio francés, una tierra mediterránea de cultura árabe y religión musulmana. En la primera carta pastoral dirigida a su nuevo rebaño, Monseñor Lavigerie expuso dos orientaciones principales: la opción pastoral por todos los habitantes de su diócesis, cristianos y musulmanes, y la convicción de que su cargo lo invitaba a mirar más allá de los límites del Gran Sahara, para llevar el Evangelio hasta las regiones aún poco conocidas del África subsahariana. Fue entonces cuando fundó la Sociedad de los Misioneros de África y la Congregación de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África, o Hermanas Blancas.

El nuevo Papa, León XIII, aceptó la solicitud del Arzobispo de Argel y le encomendó la tarea de la primera evangelización de las vastas áreas de los Grandes Lagos en el África ecuatorial. Durante diez años consecutivos, desde 1878, una caravana compuesta por una decena de misioneros salía cada año hacia las regiones centrales de Uganda y la parte oriental de la República Democrática del Congo, desde Kivu a Ituri. El cardenal se comprometió en una campaña contra la esclavitud entre 1888 y 1890. Conmovido por las historias de los misioneros y exploradores sobre las atrocidades del comercio de esclavos en el África ecuatorial. Murió en Argel el 26 de noviembre de 1892.

Comparte esta noticia en: