Recordando a los misioneros de Ciudad Real

OMPRESS-CIUDAD REAL (19-06-25) Cada año el “triunfo” del misionero Vicente Hondarza, asesinado en Perú un 14 de junio, marca la celebración del Día del Misionero Diocesano de Ciudad Real, que se celebró este pasado domingo. Se recordó la entrega hasta dar la vida de tantos misioneros en todo el mundo.

Este día se celebra siempre en el fin de semana más cercano a la fecha del asesinato de Vicente Hondarza, sacerdote diocesano de Ciudad Real, torturado y asesinado en la noche entre el 13 y el 14 de junio de 1983, horas después de haber celebrado la Cena del Señor, en una fiesta patronal: San Antonio de Padua, en Lampián. Trabajaba en la parroquia de Chancay en la diócesis de Huacho-Chosica al norte de Lima, Perú. Según el testimonio de los campesinos de esta localidad de Lampián, donde celebró la Misa, el misionero, miembro del IEME, Instituto Español de Misiones Extranjeras, fue asesinado por su opción por los pobres y humildes a quienes defendió con su vida. Entregó su vida como misionero primero en Colombia y después en Perú, donde falleció.

Es en este día cuando en todas las parroquias de la extensa diócesis de Ciudad Real, se da a conocer la labor de los misioneros a través de la revista “Sur y Sal” y a través de diversas actividades que buscan recordar que las mujeres y hombres, que han respondido a la llamada del Señor a partir a anunciarlo, son hermanas y hermanos de cada uno de los fieles de Ciudad Real. Como explica el Delegado de Misiones de esta diócesis, Damián Díaz: “Es muy bonito, y estimulante, conocer aquellos misioneros que han surgido de nuestras comunidades, de nuestros pueblos, donde recibieron la fe y los sacramentos, donde escucharon la llamada, a quienes ponemos rostro e historia: a su trabajo, su persona, las gentes con quienes comparten esa vida… De todos nosotros, depende que ellos puedan continuar llevando esperanza por el mundo. Junto con ellos, nosotros somos Peregrinos de esta Esperanza”.