Primera audiencia del Papa León XIV: la semilla de la palabra de Dios

  • On 21 de mayo de 2025

OMPRESS-ROMA (21-05-25) En su primera audiencia general en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV ha reanudado el ciclo de catequesis jubilares que comenzara el Papa Francisco sobre “Jesucristo, nuestra esperanza”, y que será el tema de las catequesis de todo lo que resta del Año Jubilar. Las parábolas de Jesús, explicaba el Papa, “nos ayudan a redescubrir la esperanza, porque nos muestran cómo actúa Dios en la historia”. La primera parábola elegida por el Pontífice ha sido la del sembrador, definida como “una especie de introducción a todas las parábolas”. En este relato se descubre la forma de comunicarse de Jesús, que tanto nos enseña para la proclamación del Evangelio hoy: “Cada parábola narra una historia tomada de la vida cotidiana, pero quiere decirnos algo más, nos remite a un significado más profundo. La parábola nos plantea preguntas, nos invita a no quedarnos en las apariencias”. El Papa preguntaba “¿Qué dice esta imagen a mi vida? El término parábola proviene del verbo griego παραβάλλειν, que significa lanzar hacia adelante. La parábola me lanza una palabra que me provoca y me impulsa a cuestionarme”.

“Estamos acostumbrados a calcular las cosas –y a veces es necesario–, ¡pero en el amor eso no se aplica!”. Por eso, añadía León XIV: “La manera en que este sembrador derrochador arroja la semilla es una imagen de cómo Dios nos ama”. Y apuntaba: “Es cierto que el destino de la semilla también depende de cómo la tierra la acoge y de la situación en la que se encuentra, pero en esta parábola Jesús nos dice que Dios arroja la semilla de su palabra en todo tipo de terreno, es decir, en cualquiera de nuestras situaciones: a veces somos más superficiales y distraídos, a veces nos dejamos llevar por el entusiasmo, a veces nos sentimos oprimidos por las preocupaciones de la vida, pero también hay momentos en los que estamos disponibles y acogedores”. Pero, no obstante, “Dios confía y espera que tarde o temprano la semilla florezca”, porque “así nos ama: no espera a que nos convirtamos en la mejor tierra, sino que siempre nos da generosamente su palabra. Quizás, precisamente al ver que confía en nosotros, nazca en nosotros el deseo de ser mejor tierra. Esta es la esperanza, fundada en la roca de la generosidad y la misericordia de Dios”.

Ha recordado el hermoso cuadro de Van Gogh, “El sembrador al atardecer”: “Esa imagen del sembrador bajo el sol abrasador también me habla del trabajo del agricultor. Y me llama la atención que, detrás del sembrador, Van Gogh representara el trigo ya maduro. Me parece una imagen de esperanza: de una forma u otra, la semilla ha dado fruto. No sabemos exactamente cómo, pero así es”. No obstante, señalaba, “en el centro de la escena no está el sembrador, que está a un lado, sino que todo el cuadro está dominado por la imagen del sol, quizás para recordarnos que es Dios quien mueve la historia, aunque a veces parezca ausente o distante”. Porque “es el sol el que calienta los terrones de tierra y hace madurar la semilla”. Y concluía su reflexión sobre la parábola animando a pedir “al Señor la gracia de acoger siempre esta semilla que es su palabra. Y si nos damos cuenta de que no somos tierra fértil, no nos desanimemos, sino pidámosle que siga trabajando en nosotros para convertirnos en tierra mejor”.

“En este mes mariano”, ha añadido, “quisiera reiterar la invitación de la Virgen de Fátima: rezar el rosario todos los días por la paz”, que es “un medio eficaz para alcanzar la verdadera paz en el corazón”. Junto con María, “pedimos que los hombres no se cierren a este don de Dios y desarmen sus corazones”.

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