Presentación de la Memoria 2023 de las Obras Misionales Pontificias
- On 11 de junio de 2024
OMPRESS-MADRID (11-06-24) Mañana miércoles, 12 de junio, a las 11:00h, en la sede la Dirección Nacional de Obras Misionales Pontificias se presentará la Memoria de esta institución que recoge todas las actividades de animación y respaldo económico a las misiones desarrolladas en innumerables lugares de la geografía española.
El director nacional de las Obras Misionales Pontificias, el padre José María Calderón, dará a conocer los datos más relevantes de esta labor, que abarcan todo el año 2023 en España, en torno a la sensibilización, la formación, el acompañamiento de los misioneros y la colaboración económica. Por su parte, el padre Serafín Suárez, misionero en Zimbabue durante más de 20 años, dará su testimonio y explicará cómo llegan las ayudas de Obras Misionales Pontificias a los territorios de misión. La presentación se podrá seguir por streaming en este enlace
La Memoria explica, primero, que son las Obras Misionales Pontificias, cómo promueven la animación, formación y cooperación misionera, gracias a las direcciones nacionales presentes en 100 países y a las miles de direcciones diocesanas que en cada diócesis del mundo forman una verdadera red de promoción del espíritu misionero. Ellas impulsan las cuatro Obras – Propagación de la Fe, Infancia Misionera, San Pedro Apóstol y Pontifica Unión Misional – que tienen como nexo común la universalidad, el todos – los fieles, las comunidades, las diócesis – ayudan a todos – los 1.124 territorios de misión en el mundo.
En 2023, en las diócesis españolas ha habido innumerables acciones de sensibilización misionera: conferencias, exposiciones, marchas, presentaciones, concursos, festivales, encuentros, que llevan siempre el adjetivo misionero. Se valora también el impacto a través de medios de comunicación y publicaciones misioneras, la difusión del mensaje misionero a través de las redes sociales y de los recursos de la web. Todo sin olvidar la formación para la misión, el acompañamiento y relación con los misioneros y, finalmente, la memoria económica.
Serafín Suárez, nacido en Ribera del Fresno (Badajoz), ejercía su ministerio en sacerdotal en Valencia de Alcántara, una villa extremeña de la archidiócesis de Mérida-Badajoz, cercana a Portugal. Su diócesis había mantenido, desde hacía años, su presencia misionera en Zimbabue, a través de sacerdotes adscritos al Instituto Español de Misiones Extranjeras. Y puesto que uno de aquellos sacerdotes había vuelto del país africano y Serafín, desde el seminario, no había ocultado sus inquietudes misioneras, el obispo le ofreció la oportunidad de continuar la presencia misionera extremeña en Zimbabue. Así fue como, en 1993, Serafín marchó al país africano. En los años que ha vivido allí ha sufrido la tristeza de ver cómo un país, que hace años era considerado el granero de África, contempla largas colas de personas esperando que les den un puñado de maíz. Como reconoce Serafín, era necesaria una reforma agraria que diera oportunidades a los que no tenían nada, pero la situación política y social se ha deteriorado hasta un extremo nunca visto en el país. A esto se suma el terrible azote del Sida. Se calcula que, cada semana, mueren en Zimbabue de 3.000 a 3.500 personas por esta tremenda plaga, lo que ha hecho desaparecer a toda una generación. Los abuelos, que ya estaban en una situación de necesidad, son ahora los que cuidan a los nietos, porque prácticamente no hay familia que no tenga a alguien que haya fallecido o padezca la enfermedad. La Iglesia intenta dar esperanza en medio de esta situación y hace lo posible para que, en esta situación, no se pierdan valores tan propios de la sociedad zimbabuense como la solidaridad, la hospitalidad y la acogida. Cuando se le pregunta a qué se ha dedicado en Zimbabue, Serafín sonríe. Un misionero hace de todo: labor social, educativa…, pero aún así deja claro para que fue allí. Las ONGs hacen una labor maravillosa, pero se trata de predicar a Jesucristo. En Serafín, en su optimismo, se ve una absoluta confianza en el hombre y en sus posibilidades… Son rasgos que le diferencian, como a todos los misioneros, de aquellos que en las cifras económicas y en la desesperanza solo ven números rojos.