OMPRESS-ROMA (30-03-23) Durante la audiencia general de ayer miércoles, el Papa Francisco siguió con la serie de catequesis sobre la pasión por la evangelización y el celo apostólico que deben estar en el corazón de todo cristiano. En esta ocasión habló de San Pablo, verdadero ejemplo de esta pasión por el Evangelio. Serán varias las figuras, anunció el Papa, que irá presentando, “figuras que, en formas y tiempos diferentes, han dado testimonio ejemplar de qué quiere decir pasión por el Evangelio”. A San Pablo le dedicará dos catequesis.

Pablo, un hombre lleno de celo por la ley de Moisés, acaba siendo “un enamorado de Jesús”. Pero lo que cambió a Pablo “no es una simple idea o una convicción: ha sido el encuentro con el Señor resucitado —no olvidéis esto, lo que cambia una vida es el encuentro con el Señor—, para Saulo ha sido el encuentro con el Señor resucitado lo que ha transformado todo su ser”. No se puede ser cristianos de apariencia, porque “el verdadero cambio es del corazón”. De ahí que “la pasión por el Evangelio no es una cuestión de comprensión o de estudios” y citaba el Papa a San Ignacio de Loyola en los Ejercicios Espirituales: “No el mucho saber harta y satisface al ánima, mas el sentir y gustar de las cosas internamente”. Si no hay un encuentro con Jesús, nada cambiará. Es el cambio que “les sucedió a todos los santos”.

Por eso, “el verdadero católico, el verdadero cristiano es el que recibe a Jesús dentro, que cambia el corazón”. Y planteaba una serie de preguntas: “¿qué significa Jesús para mí? ¿Le he dejado entrar en mi corazón o solamente lo tengo a mano pero que no vaya muy dentro? ¿Me he dejado cambiar por Él?”. No puede haber celo apostólico ni pasión por la evangelización sin este encuentro con Él, porque “cuando uno encuentra a Jesús siente el fuego y como Pablo debe predicar a Jesús, debe hablar de Jesús, debe ayudar a la gente, debe hacer cosas buenas”.